A la peseta La nostalgia está conmigo, sigues en mi pensamiento, no puedo, ya no estás, ¿dónde te has ido?, no te veo en mi monedero. Tú siempre rubia y coqueta, con los parias y ministros, estabas en las manos inquieta y saldabas los imprevistos. Traficantes y banqueros, abrigados contigo se sentían, avaros y usureros, te llevaban y traían. Te desplazan de tu feudo y escucho tu dulce gemido, es la conquista del Euro que de bárbaro ha venido. Ya no escucho tu nombre, ni te veo en las etiquetas, para ti este homenaje, mi ausente y añorada Peseta. M. Calvo |