FIEBRE
De fiebre arde mi frente,
mis ojos brillan de calentura;
mas no siento la amargura
de esta enfermedad creciente,
que me invade el inconsciente
y en el consciente perdura.

Tal nunca se vió,
jamás existió tan feliz paciente,
por siempre convaleciente
de ese mal, en nada hiriente,
de ese nuestro amor,
ferviente hasta la locura.

CARMEN GARCIA FERNANDEZ