POEMA DRAMATICO Salón, año 2003 PERSONAJES: Galatea, Milena, David y Mercucio. -En escena: Galatea y David- DAVID: El boato, las vestiduras, vuestras preseas ... nada de ello turba mi ser, en este precioso salón donde sólo la fingida sonrisa cumple su reclamo. GALATEA: Tan sólo con mi falda corta y mi blusa azul -que no cubre todo el busto-, os hago zozobrar en este mar de azulada calma. Sabed que bajeles más pertrechados que vos sucumbieron en la conquista. DAVID: ¿Conquista? ¿De una fortificación ruinosa, brutalmente miasmática? -Entran: Milena y Mercucio- MERCUCIO: ¡Enhorabuena! MILENA: Canoras palabras alientan mi ser. MERCUCIO: Ya es hora crepuscular, y el preciosismo de nuestro salón atrae los espíritus más estupendos, levantiscos e irónicos del orbe. La Noche -engendradora de sutiles pensamientos- yace, cual dama encantadora, a nuestros pies. MILENA: Noche aciaga, por lo que veo; pues en vez de palabras hermoseadas sólo llegan a mis oídos frases turbadoras, oraciones tumultuosas, predicados indignos de un salón preciosista. MERCUCIO: Y del turbio chisporroteo de tales palabras, surgirán pensamientos más claros que la chispa de pedernal. Ved esas orquídeas, o las luminosas arañas de techo que iluminan nuestros pasos incautos por el salón de la entristecida tierra. ¿No mudan vuestro rostro el hambre, el despotismo, la injusticia, ... la ilibertad? GALATEA: Mi caro Mercucio: tiempos ha que el hombre se enerva ante lo que ve a su alrededor, mas la raza de los hombres no ha sido mejorada por los místicos, que escasean más que nunca. Al parecer, no nos ha sido concedido el amejorar el mundo, nos lo impiden acaso los dioses y buena parte de los hombres. MILENA: Sed breves. La noche nos invita a una reconciliación. Que sólo se escuchen pensamientos elevados, bellos; de lo contrario, este salón no tendrá ningún sentido. DAVID: Vos, Galatea, dama pletórica de encantos, dulzura que posa con naturalidad ante arracimados pintores, sabed que mi dicha es veros así ataviada, engalanada cual carroza en las fiestas del lugar, entre aldeanos danzando, bebiendo aguamiel con mozos y lindas mozas de la pradera. No vieron mis ojos otras diosas de tal enjundia. No, no la vieron ni la verán. MILENA: ¡Caramba! La noche promete. MERCUCIO: No sé, no sé. Se dijera que vuelan palabras, que pensamientos volanderos tejen una vistosísima red por encima de nuestras abotargadas cabezas. No obstante, un chispazo, un chisporroteo de partículas sonoras parece despertar un inesperado fuego de artificio, que, sin lugar a dudas, se hace con la contienda. El futuro que preveo es inmejorable, a juzgar por el noble tejido. GALATEA: Disfrutemos, en comunión, la noche. DAVID: Soltad ahora vuestras luminarias. MILENA: Viva el embrujo y todo sortilegio. MERCUCIO: Dispondré los botes salvavidas. (Poesía dramática extraída del poemario "Guirnalda"). JUAN JOSE REYES
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