DÁDIVA Prodigué la dádiva de un tesoro escondido, de una perdida ánima en mi corazón sumergido. Sumido en un oasis de dudas angustiosas, que abruman mi praxis de esta existencia tediosa. Árdua nuestra tarea por encontrar el lejano axioma que arrastra la marea en esta vastedad que aploma. Contemplo la frágil quimera que se refleja en mi ser, verdad falsa o sincera de la que no me puedo desprender. Opresión de melancolía en mi cuerpo meditabundo, transitar día tras día en este provecto mundo. Dictamen que me veré obligado a adoptar con locuaz sentencia, para sentirme liberado de esta extraña esencia. No anhelo despertar pero tampoco deseo morir, no deseo la realidad que me ofrece este vivir. Vivir para poder soñar, soñar con un mundo feliz, feliz que me permita respirar, respirar simplemente para existir. Sevilla, 30 de Agosto de 2002 kronnos |