NADIE
ES PERFECTO Nadie es perfecto, así me lo decía mi abuela materna que tanto me amó, y hoy día a mis hijos se lo digo yo porque esas palabras son sabiduría. En aquel tiempo nada comprendía más que la alegría de aquella niñez. Pero casi a diario mi abuela otra vez las mismas palabras ella repetía. Los años pasaron y soy la primera admitir lo sabia que era mi abuela, cuando ella insistía en esa cuestión. Porque ella sabia de cien mil maneras, que aunque con el alma ella me quisiera, yo formaba parte de esa imperfección. Aurora García (EE.UU.) |