POEMA DRAMÁTICO A orillas del Néckar DRAMATIS PERSONAE El espectro de William Shakespeare El espectro de Friedrich Hölderlin ÚNICA ESCENA (Lugar: un paseo a orillas del Néckar; con hilera de sauces a ambos lados. Es hora crepuscular). ESPECTRO DE WILLIAM (topándose con el de Hölderlin) Por fin coincido con vos, noble caballero, amante de las Musas, fiel discípulo de Apolo y Dionisos, en este paseo a orillas del Néckar. Sabed que, como las vuestras, nunca antes cobraron alas palabras tan frescas y hermoseadas. El amor propone, se alza la Belleza y mueren el tedio y la tristeza. ESPECTRO DE HÖLDERLIN ¡No pronunciéis mi nombre! El que fui se desvaneció como la niebla, mientras conversaba con sublimes estatuas; y de él sólo queda este ser aprisionado que, en alta Torre, subsiste con musicales teclas. ESPECTRO DE WILLIAM ¡Levantad vuestro ánimo, desplegad las alas de vuestro verso! La tarde nos depara favorables sorpresas: el desenlace de vuestra alada voz, el copioso derroche de versos nunca oídos ... y un coro de trompetas despertando al mundo. El vértigo de la rica imaginación ahora llega. Y el sol de nuestros adentros -que todo lo ve- despide llamaradas de amor, fogosas llamas que a la aurora de los tiempos de nuevo despierta de su lecho de rosas yertas. ESPECTRO DE HÖLDERLIN Si vuestra pluma se expresa así como vuestra adorable boca, sin duda sois un cisne que a mi vera pasea a orillas del río, arrojando dardos que suscitan a la gloria, a los memorables tiempos que, de precedentes, quitaron las míseras vendas. Paréceme que vos alumbráis, bajo luz crepuscular, sueños e inspiraciones que besan la raíz de la vida. ESPECTRO DE WILLIAM Aquí no hay mascaradas, ni nada se oculta a la razón y poesía. Nuestro corazón es una fiesta, sí, una fiesta de ruborosos labios, de versos que suavizan el contacto, de relámpagos que destacan a los terribles anzuelos y sus abominables cebos que apresan el amor. Nunca el alado mensajero, el ángel resplandeciente, trajo nuevas de un mundo de vivos, mejor. ESPECTRO DE HÖLDERLIN Ya sé quién sois vos. Y así como no pronunciasteis mi nombre, es justo que yo no mencione el vuestro. Muchos velos cubren la faz de las cosas, aparte del necesario velo de la noche. Me halláis en mal momento, momento de nieblas, sin ilusión, sin fuerzas, ... sin empeño. El relámpago mudó una vez mi rostro, y, desde entonces, otro soy, que no canta en verso, al mundo, la flor de su reposo. ESPECTRO DE WILLIAM Bueno, os dejo. Mañana a esta hora proseguiremos nuestra charla, mi querida alma, mi grato relámpago. ¡Adiós! ESPECTRO DE HÖLDERLIN ¡Adiós, presencia de fulgor en las tinieblas del hombre! (Poema dramático extraído del libro "Textos profanos"). JUAN-JOSÉ REYES |