Corazón de Cactus

Dos cactus, son hoy mi compañía.

Y aunque no puedo acariciarles

porque tiene la piel dura y desagradable,

yo sé, que tiene un corazón rico y grande.



Si me responden con pinchazos,

cuando los toco.

O sean rígidos y ariscos,

si les hablo tiernito.



Yo sé que  lo hacen

Porque tiene un corazón

tan blando y fecundo,

que si no lo cubren de una piel

casi intocable

y lo protegen con pinchos

que repelen.



La riqueza que guardan en su interior,

sería pasto de depredadores,

que dilapidarían todos sus valores.




María Eugenia