Corazón de Cactus Dos cactus, son hoy mi compañía. Y aunque no puedo acariciarles porque tiene la piel dura y desagradable, yo sé, que tiene un corazón rico y grande. Si me responden con pinchazos, cuando los toco. O sean rígidos y ariscos, si les hablo tiernito. Yo sé que lo hacen Porque tiene un corazón tan blando y fecundo, que si no lo cubren de una piel casi intocable y lo protegen con pinchos que repelen. La riqueza que guardan en su interior, sería pasto de depredadores, que dilapidarían todos sus valores. María Eugenia |