Desembocando al
Encuentro... Fluye el río, a su inevitable destino. Tras recorrer un largo camino. Alimentando la vera, adaptándose al terreno, cambiante y siempre nuevo... Saltando a veces bravío, Para abrirse tenaz el lugar, Que el mismo ha de crear. Tras inocente retozar, En su cuna natural. Manso, fluyendo en paz. Sugerente, para reflexionar. Astuta y paciente experiencia, de caricias imperceptibles, para desgastar y rodear, al pétreo enemigo, que no se deja arrasar. Su dulzura, con la sal del mar, Viene a mezclar. Encuentro suave e indolente, A veces... Otras... Violento, por cruce de vientos, que el oleaje hace entrechocar. Violencia del mar, empuje del río, y un aire, que lo complica todo. Cómplice intruso, en esta intimidad, de río y mar. Olas que saltan, donde no ha lugar. Volviendo al río mar. Sedimentos arenosos, que el mar Deja fuera de lugar. Inventando una playa de agua dulce, cruzando la ciudad. Empapando, arrastrando, a quien se acerque a pasear. Juegan, en la desembocadura, haciendo diabluras. Diálogo y coqueteo. Para; _ Así, inseparables, abrazarse hasta el final _ EL MURO DE LA ESPERANZA Estaba sola. Pisando por primera vez la orilla de aquella playa, para mi desconocida. Arrastrando una pesada pena mientras paseaba por ella. Como acostumbro siempre en la playa. Quise llegar hasta el muro para tocarlo y volverme. Sin fijarme, puse la mano... pero algo me hizo mirar lo que estaba tocando. ¡Era ELLA, la Virgen estaba allí, en el muro de aquella playa! Entre lanchas de pescadores bancos de jóvenes, jubilados y transeúntes. ¡Ella la Virgen Vigilante, Protectora, Marinera! Esperando y acogiendo a los paseantes, que como yo llegaban hasta ella. La Virgen en la playa de las Canteras. Enseguida me sentí en mi casa. Supe, que ella me guiaría en aquella ciudad desconocida. Supe, que todo iría bien hasta que volviera a mi propia casa. Así, disfruté de aquella playa que ya sentí como mía. Al regazo de sus olas me bañé pues la madre me cuidaba. Charlé y disfrute, con gente nueva. Y ¡ya nueva! Volé sin problemas hasta mi tierra. No sin antes agradecer, a la Virgen, en aquel Muro de la Esperanza. "Dedicada a la playa de las Canteras" MI ESTRELLA. Ya no miro al cielo, y veo a esa estrella sin nombre que siempre me guiña el ojo Yo, soy la niña que averiguó el nombre de su estrella. Se llama... María Hermoso nombre. Que abre mi corazón, con su risa y su amor. Decidida a entregarlo, sin dudas ni temor. Tengo suerte de encontrarla, Cada noche, cuando miro al cielo. Y la estrella que chispea, ¡ la mayor ¡ Es ... esa que me abre el corazón. Pongo con amor, en la cajita de mi interior, La estrella que el cielo me dio. camino hacia su luz, con alegría, sin temor. Y con un nuevo tesoro en mi interior. Cuidándolo por su valor... Porque ¡Grande se hace en mi interior! JUNIO Cuando la guadaña Siega la hierba de la primavera. Amontonándola para que seque el en verano. Los manzanos floridos, Salpican la pradera. Las cerezas en los árboles, Se ofrecen para quien las alcance. Junio... Solsticio de Verano. HOGUERA DE SAN JUAN Con la luz del sol bajando el telón, del escenario del día de hoy, que finaliza ya su sesión. Espero... Un mágico momento. Mientras las sombras mensajeras, Ocupan el suspense cubriendo el paisaje. Para cuando la oscuridad se presente. Encender un fuego entre cohetes, Una antorcha en esta noche. Cuando a mis ojos les falte luz, Para escribir. Será el instante, de encender la llama Señal de fuego, para el Cosmos. que en su fiesta, aviva la ascensión de las llamas, Hasta alcanzar el cielo. Iluminar la ropa a las estrellas, y a la luna lamerla. Empaparla del flamígero color Y dance ella entre las llamas. De esa hoguera espero. Que en su rojo fuego, caliente rincones de esperanzas, Ilusiones y deseos. Penetre almas oscuras. Sane viejas disputas. Nos traiga suerte y alegría. Y que perdure en una brasa, que no se apaga.. MELT Maria Eugenia |