A Fernando Binvigant Tu que a temprana edad cultivaste la bella letra inspirada, con aires huracanados y versos diste al sentir ráfagas de oleaje marcan un papel en tu honor Aun así ¡en las aulas de ti maestro! germinaba la nostalgia de enseñar. tus versos embellecidos caían como fuego intenso al amor, cantos de pájaros melodías primaverales, solo en tu fachada ejercía cuyas tonadas reales que nacían de un escritor. Anidaste en hogueras y la muchedumbre con tu letra topaste la sima con ochos flores de orquideas de oro, dejando la importancia en la lectura literaria, risueña y en tu clara red de tu delicada filosofía va en el sentido de tu orgullo, siendo como la seda, con tus suaves melodías enredándose en tu ocaso y rozando pieles de coraje en líricas de dolor. En tu importancia ayudaban las razones de especular, y en la aurora, llanto de anciano, jazmines floreciendo y tu, en la armonía con las palomas que anidan en tu honor. Cultivos, recuerdos activos envejecido en el cielo creaste un atardecer de pasión abriste en mujeres las silenciosas llamas de fuego fuiste un crepúsculo primaveral construyendo en la fama tu ilusión. Educando a niños desvalidos con tu nombre de ilustre enorgullecido en tu fe. hubo en ti soledad, triste como tu soledad no encontrarás en los libros de un poeta desasiéndose en tinieblas suspiraste en la primera estrella que te vio marchar.... Mario Videla de la Serena Poema inédito y dedicado a Don Fernado Binvigant |