COMO
LA HIEDRA En los albores de La juventud, mi Cuerpo te entregué. Con él gozaste y Me hiciste gozar. Días de esplendor Que por la ley De la edad, todo Era soñar y amar. Atrás quedó ese Tiempo de sueño, Que como todo en Esta vida pasa. Lo que no pasó Ni pasará, es la Pureza de nuestro Amor. Que como fuerte Hiedra, no nos podrán Separar, y cuando El viento sople Sobre nuestros cuerpos, Estos estarán tan agarrados Que nadie ni Nada, nuestro amor Desenredarán. Mª Teresa Sos |