Poema en Re Mayor

 
Estuve caminando debajo del océano,

mi amada me acompaña, vestida de amarillo.



El mar nos ha embriagado de azul fosforecente,

más allá de sus ríos, de sus constelaciones,

mi amada me acompaña vestida de amaranto.



Cubierta sensiblemente por la alquimia marina,

sus ojos derretidos, ultrajando corales,

contando caracoles, con los senos etéreos,

sonriéndole a las piedras, musgosas de salitre,

desligando sus manos, de la flora telúrica,

bebiéndose la imagen, de los peces pequeños,

persiguiendo a los líquenes, erizada de gritos,

sirviéndole de auriga, a caballos marinos,

perdida en el laberinto, de los caracoles,

sentándose en las piedras, carcomidas de embrujo,

mirándome a los ojos, con pestañas de espuma,

naufragando su barco, dentro de mi retina,

inhumando cadáveres,de algas arponadas,

besándome con labios, efímeros del sueño,

despertando sonriente, con el rugir marino



Mi amada me acompaña, vestida de amarillo.




(ASKAIN)