ES TAN FÁCIL PENSAR EN TI
Entorno los ojos. Lo recuerdo todo.
La luna con su piel redonda reía, la noche escalaba el humo de los sueños, el vértigo de un beso arrullaba el alma.
A un lado el agua, el muelle y la ribera
y una gaviota que ensayaba el vuelo; por el otro, el cielo, precipicio azul, porcelana oscura, bóveda de fuego.
Tus labios de alambique que destilaban
versos de seda enamorada, tus manos, mágicas palomas, llenas de ternura verdadera, incendios que me devoraban.
Solos tú y yo. Bueno... Y el mar,
desbocado,
como las olas, como el vaivén profundo de tus latidos. ¿No es verdad? Es tan fácil pensar en ti, sin conocerte, y soñar...
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