Cuánto...
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Cuánto tiempo podremos soportar

el estruendo de la noche en la ventana,

la descarnada habitación en la que yacen

nuestras maletas cargadas de vacío.

Cuántos minutos sin podernos respirar,

sin derretirnos y sin poder bebernos;

los guijarros del camino han devorado

las gastadas suelas, los gastados pasos.

Cuántos días sin compartir seda y lecho,

sin almuerzos de periódicos cifrados;

las sobras que nos ofrece el recuerdo

no alimentan el hambre de los deseos.

Cuánto tiempo podremos soportarlo,

soportar el peso injusto del destino,

cruces ajenas que no nos pertenecen...

Cuánto, amor, ¡cuánto podremos aún amarnos!

Kala