Ajena Observo desde otros ojos ese cielo que no parece hecho de cenizas, el silencio tapizado de palabras, el hueco en donde no cabe ni siquiera tu ausencia. Indago con otras manos tan ajenas a las mías, a esta mujer deshabitada, más allá de la noche, de ese tiempo de ser y de no haber sido. ¿Acaso existe la posibilidad de hacerme polvo o será esta nueva debilidad de sentirme otra en una tierra que no me pertenece? María Milagros Roibón |