EL EFECTO KULESHOV - Y El Último Tango en París- Una yema en mi culo. Una boca, una sonrisa. Un pene. Una yema en mi culo. Un hombre triste. Un látigo. Una yema en mi culo. Un cubo de cemento. Una niña aspirando, astillas de carbón. EL EFECTO KULESHOV II (O variaciones sobre la nada) Un espejo vacío. Un tren que pasa. Gelatina de fresa repudiada por la saliva. Un espejo vacío. Una habitación de tatami aislada, asediada de taquicardia. Mil rocas de amatista engendrando un montículo en un ojo. Un hombre corriendo y gritando. Un espejo vacío. Años enteros que abdicaron del rojo. En la última hora, aciago gris en las vísceras. EL EFECTO KULESHOV IV Síntesis de muerte Aire vacío. Hiroshima: tatuaje en la esquina del húmero. El viejo sabio también también sabe exhalar napalm. Aire vacío. Ahogo. Garganta ultrapsada, invadida de sangre de ausencia. Ahogo, cada día y siempre, ahogo. Aire vacío. Un conejo y un anciano han muerto en sus cuevas. Nadie lo supo. La propia piel no será. Y no podremos contemplarlo, o comentarlo, ante un frío vaso de Trinaranjus. jeeba
|