A M A D O S

Al regresar de tu viaje,
no impidas que la sombra te alcance.
Refresca tu alma no permitas que tu odio te aceche.
Dejar reposar tu cuerpo sobre la roca,
recuerda el nombre de tu amada;
como la aurora que resplandece con el sol,
no la llores después de nubes tormentosas.
Dejad que sople la brisas del sur
y no temáis a la vida ni la muerte.
Esperad el atardecer cuando el sol se pone,
no permitas que tu corazón se destroce;
embriágate de los recuerdos de tu gran amor.
Porqué:
¿Acaso no eres el gran anhelo de tu amada?
¡Luchad para que tu flor no se marchite!.

AMADAS:
¡Sí has regresado de tu viaje!.
Recuerdas a alguien que te añora
a pesar de la lejanía del tiempo.
Eres la aurora que nace reluciente,
luna que alumbra sin fín.
Tiempos tormentosos que se anteponen,
sol que no da su calor,
atardecer que no llega
y corazón que se detiene
en el umbral del tiempo.
Dejád que pase la tormenta y cuando
aparezca el arco iris de la esperanza;
corre al encuentro de tu amado.

AMADOS:
¡Corred juntos por los campos y collados
salíd al encuentro de la esperanza.
Aunar fuerzas y derrotad
las tormentas borrascosas!.
¡Salid por los campos traviesos
y escuchad las melodías de las aves;
tratar de oír el canto de las cascadas refulgentes
a los destellos de la luz de la luna!.
¡Juntos luchad la batalla,
para que el amor sea la victoria final!.


ARNOLDO FUENTES
ANGOL-CHILE