EL PRIMER AMOR Ni el navegar de los barcos, ni el volar de las aves, se pueden comparar con la gracia y salero que tienes al andar. Ni el viento del desierto, ni las olas del mar, tiene tanta fuerza como el que tiene tu amor. Si en una balanza se pudieran pesar los sentimientos que por ti siento, no habría bastantes kilos para poderlo demostrar. Que el amor verdadero no se puede medir ni pesar. Ni por todo el oro del mundo que a mis pies pusieran, sin dudarlo cambiaría por poderte contemplar. Que no hay en el mundo entero, amor como el primero. Mª Teresa Sos |