EN
LA VIDA Y EN LA MUERTE
EN
LA VIDA, como las palabras que están
[escritas en el océano, La
ola de fuego final arrebata con su afonía -Vestida
de oscuridad- las últimas gotas del tiempo, Desapareciendo
sus mágicas chanzonetas: Eres
la danza extasiada con sabor de luz del viejo tambor, Atada
a la dulzura del estío con sus ojos sagrados, A
su cuerpo en sus l A
esa voz nieve de su invierno, Por
los vagos corazones ardiendo en pureza, A
su estampa de la imaginación: De
la cortesana entrando en su azul tela memorable; A
los tacones, hiedra, majestad del amor, En
los sueños con toda la excelencia del brillo
[de las estrellas, Al
venerable beso de paz con cristales de colores, Chispeando
su poesía con feroz belleza. EN
LA MUERTE, como las lágrimas que se dibujan en la tierra, Borran
las letras fugitivas de la historia -Vestidas
de luz- abren la flor diamante de la espera, Descubriendo
la sublime realidad: Eres
el enigma cubierto de preludios en el infinito, La
incomprensible errante plenitud, De
racimos de relámpagos eternos, Choque
de secretos devorando la nada, Sin
sufrimiento, libre sin espada, Con
los ojos abiertos del alma desnudos de su raíz, Listos
a su destino oculto mezclado con los reflejos, De
la luz que baña los siglos: Quimera
o pasión: Soledad o amor.
RICARDO SERNA G.
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