DESCONOCIDOS
Tomaremos con furor nuestras mentes,
seremos amantes desde el castigo
de no ser ni nuestros propios testigos,
de no beber de nuestras propias fuentes.
Cerraremos los ojos para vernos,
miradas que acarician en la ausencia
la débil ilusión de la presencia,
alivio del dolor de no tenernos.
Tantas cosas nos decimos en silencio
y tanto nos amamos sin un ruido,
que casi ni la historia ni el olvido
conocen nuestro amor amaneciendo.
CALADAN