VERDADES VANAS ENTRE LOS ROSALES
Aún sabiendo que son verdades vanas
las palabras a las cuales me aferro,
tu sigues ladrando cuál fiero perro
mientras me desnudo de tus palabras.
Y sin embargo, hoy sé que me llamas,
con alaridos de perro hambriento,
mientras se quema hoy mi sentimiento
en el vivo fuego de aquella llama.
Y aunque suena a hueca tu voz quebrada,
Tu sigues regalándole hoy al viento,
El último aullido que te quedaba,
mientras te destierro del pensamiento,
con el temblor anegándome el alma,
y el dolor anclado aquí en mi pecho.
Desgrané tanto mi voz entre los rosales,
que me abandonó hoy mi voz y quedé muda,
mas qué importa si disipe así hoy tus dudas
y se escuchó mi voz de nuevo en los madrigales.
Deshojé hoy mil rosas, allá en los trigales,
por donde errante mi sombra pasea y anida
bajo el fiel arrullo de una luna herida,
que fugaz fue testigo de todos mis males.
Por eso hoy yo derramo mi voz al viento,
con el perfume de mil rosas en las manos
y con mil palabras huérfanas de lamentos
que tímidas van mostrando hoy su desnudez,
en la tibia orilla que me lleva a tu cuerpo,
por donde aletear quiero como si fuera un pez.
Carmen M