LLOVÍA








LLOVÍA, en el mar del tiempo, de AURA de vida:

para cruzar la ola, la ola,

donde el chorro de luz apagada, que

entró por la puerta

con el sello del emblema triste, triste

del visaje demandante del sueño,

de ese sueño PESAROSO en flores negras,

inerme, trances DETRÁS DE LOS AÑOS,

se transformaban en umbrías encendidas:

suspiros dolientes expiran:

un corazón palpita CON VIRGINIDAD de esmeralda

y diamantes de alcarache en brillante lluvia: lluvia

de estrellas entre los pliegues DEL ALMA:

el sol tras el agua de la tarde. 






Ricardo Serna G