Desaliento

 

Las manos entumecidas, 
y el cansancio a flor de piel,
el regreso a casa, aunque vacía,
sabe a limoneros y miel.

Nada cambia, se copian los dias,
las mismas mañanas frias;
el desaliento acompaña las horas
que se van lentas y sombrías.

Racimos de sueños entibian el alma
esperanzas de un mañana mejor,
anhelo de unos ojos esperando la llegada
el abrazo cálido abrigando el corazón.

Hay dias en que los sueños se alejan
otros en que quieren renacer,
despiertan entre escombros algunos versos
y una pena que llega honda al amanecer.

Sola, sola como hoja de otoño
llevada por el viento del atardecer,
va pasando la vida indiferente
dejando la huella de tu querer.

 

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