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EL SILENCIO
Golpéa si llamar
el silencio de todas las cosas,
duerme en una esquina de la mesa
un pan que no recogí,
un vaso con la huella de mis labios
y la luz mortecina de un candil.
Se va enredando el silencio
en las espigas que descansan en la mesa,
trepa por las cortinas
como musgo mirando con desgano
las calles blancas, también silenciosas.
Todo es silencio, pesado, gris,
hasta mis pasos lo acalla la alfombra
aburrida de ocultar pisadas,
el dia se va cubriendo de niebla
atrapando el rayo de sol
que nació timidamente entibiando almas,
dejando paso al frio indiferente
que absorbe los pensamientos,
como una serpiente que se arrastra
a la espera de su presa inocente.
Cómo acallar la voz de este silencio,
que quiere gritar, aullar como un lobo,
y se queda estático mirando por la ventana,
que se va cubriendo de hielo.
Sólo hablan mis dedos
golpeando las teclas de mi ordenador,
sacando a la luz lo que siento
desenterrando mariposas dormidas
en árboles desprovistos de color.
El silencio impúdico que todo lo domina,
se viste de aceros formando corazas
anulando sonrisas, evadiendo sentires,
va envolviendo sigiloso los muros
diluyéndolos entre escombros.
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