El tiempo inmortal
Se mecen las espigas
en el aire tibio
del sol de medianoche
trayendo ecos dormidos
de montañas discordes
en abanico de colores
sin tiempo de partida.
Y aquellos relojes pesadillas
marcando horas
mientras los minutos
van por su cuenta
recorriendo mares ondulantes
dando permiso a la luna
para mirarse.
Y vuelan las manos
como palomas mensajeras
buscando el pecho
que espera la caricia
revolotean impacientes
entre guerras absurdas
en mensajes de paz y cordura
demorando la llegada
a los brazos amantes y soñados
esperando por ellas.
Vuela el beso
entre llanuras y desiertos
buscando la miel
para quedarse en ella
como mariposa buscando
el polen de la flor
para vivir mil veces
entre ritos de ternuras
y alabanzas al amor
que se entrega sin reparos
deteniendo la respiracion
ante una mirada atenta
a cada gesto y palabra.
Desaparece el tiempo
no son necesarios los relojes
con sus máscaras brillantes
y esas dos manos
queriendo hacerse dueños
de los minutos preciosos
que no los necesitan
porque el amor
no sabe de tiempo ni espacio
es libre y dueño de quedarse
detenido con los ojos cerrados
en un beso que tiembla
en los labios.
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