La gaviota
Qué de cosas murmuraba la noche
entre sueños y absurdos alejamientos,
enlazaba manos sin un reproche,
abriendo sin trabas los sentimientos.
Ecos lejanos de una gaviota viajera,
alas abiertas, buscando las alturas;
de los cielos azules pasajera,
canto de alelíes, pasión y ternuras.
Recreaba su vuelo mirando el mar
cruzaba rauda el espacio de cristales,
detenía su mirada y en su volar
sentíase libre de ansiedades y pesares.
Vuela gaviota, sigue tu camino
que no te detenga el viento huracanado,
y las nubes no cambien tu sino;
se vuela sólo una vez al destino marcado.
Volver
Siguiente
|