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Por qué vivo en la ciudad de México



¿Crees que alguien en su "sano juicio" puede llegar a amar esta ciudad? ¿Será una extraña clase de masoquismo? Francisco Goldman se preguntó a sí mismo por qué vivía en esta ciudad y aquí está la respuesta.




    "No me cuesta trabajo reconocer que amo a la ciudad de México, esta ciudad de negativos fantásticos: la contaminación, el crimen, el desbordamiento urbano y la fealdad, la pobreza en las propias narices, que ejercen semejante atracción irresistible, carismática, sobre mí y tantos otros. En los últimos años he vivido aquí solo o acompañado, en relaciones y durante periodos de soledad y desilusión cauterizantes. He terminado aquí una novela, he comenzado otra, y ahora estoy sumergido en otra más. Me han asaltado y robado con violencia en tres ocasiones, incluyendo un secuestro a punta de pistola en un taxi, y una lucha brutal por salvar la vida -no exagero- con dos hombres que entraron en el departamento que alquilaba entonces; me he enamorado, desenamorado, y he encontrado un enemigo a muerte, una relación que, según he aprendido, exige la misma fidelidad y atención que un amor feliz; en otras palabras, he vivido aquí temporadas buenas y malas y, sin embargo, en las malas nunca he tenido la tentación de echarle a la ciudad de México la culpa de mis problemas, en realidad siempre tengo la secreta convicción de que hubiera sido peor en cualquier otro sitio. Me encanta llegar al aeropuerto de la ciudad de México cuando he estado ausente mucho tiempo, oler el aire químico, sentir el peso del cielo opresor, su sucia chatedad de aluminio, quedar atrapado en un taxi en medio del tráfico, maravillado ante la fealdad de concreto de los edificios circundantes, y su vasta repetición, y encontrarlos hermosos. Y ponerme nervioso por llegar a mi departamento, preguntándome si habrán entrado de nuevo, nervioso por tener que apagar el gas -si se habrán robado de nuevo las llaves o el tanque de la azotea- y anticipar lo fácil que será restablecer mi rutina, mis rondas diarias de desayunos, deliciosos tacos de cazuela aquí, el almuerzo allá, todo durante un largo día de trabajo, coronado con unas bebidas en alguna cantina, casi siempre El Centenario, con amigos, o solo con un libro"
Francisco Goldman
"Por qué vivo en la ciudad de México"
Publicado en Gatopardo
Julio de 2000