(Timbergas)
El partido sabatino que
nos enfrentaba a los penúltimos clasificados era una cita para ganar o
ganar. Y se consiguió, pero con más sufrimiento de lo esperado por culpa
de un nefasto tercer cuarto.
El equipo ha sufrido un duro revés con la baja de Buru que, aunque
ausente en la cancha, seguirá ayudando en otras tareas tales como a
beber en las cenas. Ahora es tiempo de ir poca gente a los partidos.
Esta vez 7 con la presencia de un Akai con buen físico pero un poco
falto de costumbre (que se lo pregunten a sus gemelos).
El partido empezó con buenas sensaciones para el Arabaniakos, mandando
en el marcador tras el 0-1 inicial. Quizá un poco flojos físicamente
como para tener un buen balance defensivo y el rebote asegurado.
Poco a poco mis primeros puntos daban ventajas a Arabaniakos que se
refrendaban con acciones individuales frente a la defensa individual
planteada por el Driblarri durante los 40 minutos del choque. Las
canastas de 4 metros de los de negro les permitían seguir en el
encuentro hasta el descanso, con 9 puntos abajo pero sin la sensación de
tener el partido descontrolado.
Un increíblemente mal tercer cuarto nos dejaba un punto abajo a falta de
los últimos diez minutos. Tres pérdidas seguidas de tres contras con
falta les metían en partido, y un triple desde su campo sobre la bocina
les ponía por delante.
Los jugadores arabaniakos, sobretodo los exteriores un tanto abatidos
por el mal día, se sobrepusieron y empezaron a defender como ellos
saben. Apoyados en los bloqueos de un Akai más interior que nunca, y en
pases largos para contraataques, recobramos el liderazgo: 5 arriba a
falta de 4 minutos.
A partir de ahí, y a base de tiros libres, refrendamos una victoria que
nos da esperanzas de cara al partido vital de este fin de semana;
Zampa-Arabaniakos en la nevera.
47 -35 con un gran último cuarto de Akai al que esperamos de cara a otra
ocasión para que nos eche otra mano tan buena como esta. Además
concentró un montón de “txorradas” de su estilo más puro así que se
quedaría a gusto el tío.
Lo dicho, ahora a por los líderes en el partido que ya se calentó el
sábado a la noche, jejeje. Todos nuestros hooligans tienen que dar la
cara en territorio hostil; la cancha no es la mejor para ver un partido,
pero seguro que no nos dejan solos frente al peligro
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