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Manuel Verdugo y
Albiturria (Las Palmas de Gran Canaria, 1749-1816)
Ingresó en el convento de Santo Domingo e hizo estudios en Valladolid y Alcalá,
doctorándose en Valencia.
Nombrado racionero de la Catedral volvió a Las Palmas de
Gran Canaria.
Fue después arcediano, provisor, vicario de la diócesis y Ministro del
Tribunal de la Rota, lo que le obligó a trasladarse a Madrid.
En 1796 fue nombrado Obispo de Canarias el primero que ocupó
esa diócesis, natural de la misma.
Contribuyó con su fortuna personal a la construcción de
un Hospital, a la de un Hospicio, a los Ancianos Desamparados, a la construcción del puente sobre el
Guiniguada llamado "Puente Verdugo", al Seminario Conciliar, al arreglo de la Plaza de Santa Ana y al del Cementerio de
la Ciudad. También contribuyó a la construcción de las parroquias de
Agüimes, San Mateo y Valsequillo, y a la de las Iglesias de la Concepción y
los Remedios en La Laguna.
Decidido partidario de la abolición de la inquisición,
cuando se decretó ésta procedió a clausurar sus cárceles, a recoger
sus ricos archivos que encerraban la mitad de la historia de Canarias, y
a quemar sus san benitos.
La obra que pervive con más popularidad es desde luego la
del Puente que unió definitivamente Triana y Vegueta.
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