ESTUDIO
FRANCO-ALEMAN
El hombre primitivo tenía escaso lenguaje
Los
primeros antepasados del hombre no tenían un sistema de comunicación
verbal complejo y sólo contaban con una escasa capacidad de comprensión.
A esta conclusión llegaron investigadores encabezados por Jean-Jacques
Hublin, del Instituto Max Planck de antropología evolucionista,
de la ciudad alemana de Leipzig, y Hélène Coqueugniot, de
la Universidad de Burdeos, tras el análisis de un cráneo
de un niño de hace 1,8 millón de años.
Los
científicos descubrieron que el período de crecimiento del
cerebro tras el nacimiento era mucho menor en el Homo erectus que en el
hombre actual (Homo sapiens), señala el artículo publicado
en la revista científica Nature en su edición de hoy.
Los
estudios muestran que el desarrollo del cerebro a lo largo de unos 10
años, fuera del útero materno, se presenta relativamente
tarde en la evolución.
Según
el equipo germano-francés de investigadores, esto ocurrió
posiblemente después de la aparición del antecesor común
del hombre moderno (Homo sapiens) y del neandertal (Homo neanderthalensis)
hace unos dos millones de años.
Justamente,
la larga fase de crecimiento del cerebro tras el nacimiento es la causa
de la diferencia entre la facultad de pensar del hombre actual y sus primeros
antepasados.
Hasta
ahora había un debate científico acerca de en qué
momento de la evolución del ser humano surgió la larga fase
del crecimiento cerebral.
Por
primera vez, los investigadores analizaron con una tomografía computada
un cráneo bien conservado del niño de Mojokerto, un ejemplar
de Homo erectus de Java, Indonesia, hallado en 1936.
Los
expertos determinaron que el niño tenía alrededor de un
año en el momento de su muerte y su volumen cerebral correspondía
a entre el 72 y 84% de un Homo erectus adulto.
Comparaciones
de los volúmenes craneanos mostraron que el crecimiento del cerebro
fuera del útero materno en los primeros antepasados del hombre
estaba finalizado a una velocidad similar a lo que ocurre actualmente
en los chimpancés, y considerablemente antes que en el hombre moderno.
Clarin, 16 de septiembre de 2004 |