El
misterio de los glosoterios de Salto: los golpes en el cráneo
Dos restos fósiles prehistóricos desconciertan a los científicos
No
se sabe cuál fue el origen de los traumatismos
Piensan que pueden haber sido producidos por la cola de gliptodontes
Ofrecen nuevas pistas sobre el comportamiento de estos animales
Los
primeros pobladores de América del Sur convivieron durante unos
4000 años con una variada fauna de mamíferos gigantes. Entre
estos colosos sobresalían, por tamaño, diversidad y abundancia,
unos enormes perezosos de hábitos terrestres, algunos de los cuales
llegaban a medir más de cinco metros de largo. En el partido de
Salto, provincia de Buenos Aires, un grupo de integrantes del Museo de
Paleontología y Arqueología "José F. Bonaparte"
de esa localidad descubrieron varios restos de dos enormes perezosos conocidos
como "glosoterios", que poseen una rara particularidad: sus
cráneos presentan signos de haber recibido un fuerte golpe.
"Estos
cráneos, que pertenecen al género Glossotherium, fueron
hallados en dos sitios diferentes, ubicados en las barrancas del río
Salto", dice José Luis Ramírez, director del Museo.
El
doctor Eduardo Tonni, paleontólogo de la Facultad de Ciencias Naturales
y Museo de la Universidad Nacional de La Plata, explica que los glosoterios
tenían un tamaño superior al de un buey: desde el extremo
del rostro al de la cola medían unos 3,50 metros y tenían
una masa corporal de aproximadamente 1000 kilogramos.
El
cuerpo de estos animales estaba cubierto por una espesa y densa pelambre,
y dentro de la piel poseía un gran número de huesillos de
forma y tamaño variables que constituían una verdadera coraza
interna. "Ciertas evidencias sugieren que los glosoterios, y otros
perezosos gigantes, podrían haber cavado grandes cuevas, posiblemente
para invernar", agrega el paleontólogo.
En
la Edad de Hielo
Los sedimentos en los que se descubrieron estos fósiles se depositaron
hace unos 20.000 años, en la parte final de la denominada Edad
Lujanense, división del tiempo geológico que se extiende
desde hace 130.000 hasta hace 8000 años.
"En
esos tiempos -dice Tonni-, el planeta se encontraba en el máximo
de la última glaciación, que en la provincia de Buenos Aires
se manifestó por condiciones climáticas similares a las
que actualmente reinan en el norte de la Patagonia." Al finalizar
el Lujanense, se produjo la extinción de la fauna de mamíferos
gigantes y de sus depredadores, entre los que se destacaba el formidable
esmilodonte o tigre de dientes de sable.
En
Salto, las capas del Lujanense aparecen tanto en las barrancas del río,
en forma de depósitos de origen fluvial o lacustre -donde se hallaron
los dos glosoterios-, como debajo del suelo actual, en forma de sedimentos
sueltos. Estas últimas capas son de origen eólico y constituyen
restos de antiguos médanos que se formaron durante el período
glacial bajo condiciones áridas o semiáridas.
"A
diferencia de otros sitios de la provincia de Buenos Aires -dice Ramírez-,
los sedimentos eólicos de Salto constituyen un yacimiento paleontológico
excepcional, tanto por la cantidad de restos fósiles como por su
buen estado de preservación."
Origen
incierto
Los científicos no saben cuál es el origen de los traumatismos
que se observan en los cráneos de los dos glosoterios de Salto,
pero Tonni, al igual que los doctores Gustavo Scillato-Yané y Alfredo
Carlini, también del Museo de La Plata, suponen que podrían
haber sido consecuencia de peleas entre machos de la misma especie.
Esta
suposición se fundamenta principalmente en el hecho de que con
anterioridad se habían realizado otros dos descubrimientos de cráneos
con signos de haber sido golpeados. Estos dos cráneos, que se encuentran
depositados en el Museo Histórico Municipal de Monte Grande y en
el Museo Municipal de Ciencias Naturales "Carlos Ameghino",
de Mercedes, también pertenecen a perezosos del género Glossotherium,
de aproximadamente la misma antigüedad que los de Salto. Otra hipótesis
menos probable que plantean los investigadores es que las lesiones pudieron
haber sido producidas por el golpe de la cola de un gliptodonte, posiblemente
del género Doedicurus, que terminaba en una masa provista de grandes
puntas córneas.
A
pesar de la intensidad de los impactos, que produjeron importantes lesiones
-aunque estos perezosos poseían una piel muy gruesa y una espesa
pelambre que atenuaban los efectos del golpe-, los animales sobrevivieron.
A esta conclusión llegó el doctor Hugo Héctor Castagno,
médico del Hospital Local General de Salto, especialista en traumatología
y ortopedia, después de haber examinado la radiografía del
cráneo de uno de los glosoterios.
"Un
estudio detallado de los cráneos descubiertos en Salto, Mercedes
y Monte Grande permitirá reforzar ciertas hipótesis y descartar
otras sobre el comportamiento de estos gigantescos perezosos, tanto entre
sí como con los integrantes de otras especies, que de no ser así
serían simples especulaciones sin ningún fundamente sólido",
concluye Tonni.
Por
Ricardo Pasquali
Para LA NACION
Megafauna
en exposición
El Museo de Paleontología y Arqueología José F. Bonaparte,
de Salto, fue fundado en 1998 por iniciativa de José Luis Ramírez
junto con la comisión directiva, la Municipalidad de Salto y la
Casa de la Cultura de ese municipio. Esta institución posee una
gran variedad de vertebrados característicos de la Argentina y
de América del Sur hallados en esa región, entre los que
se encuentran los integrantes de la denominada megafauna y gran cantidad
de antecesores de animales aún existentes en la zona.
En
las salas se exponen varios esqueletos montados pertenecientes a perezosos
gigantes de los géneros Megatherium , Lestodon , Scelidotherium
y Glossotherium , distintos tipos de gliptodontes, el único esqueleto
completo que se conserva en el país del armadillo gigante Eutatus
seguini , el ejemplar más completo de la vicuña fósil
Lama gracilis y el esmilodonte o tigre de dientes de sable. Además
cuenta con el apoyo de un guía que acompaña a los visitantes
en su recorrido por el museo, tanto turistas como alumnos de todos los
niveles.
La Nacion, Lunes 24 de enero de 2005 |