No
es esta una "galeria de horror" donde podamos satisfacer
nuestros costados morbosos.
No es este sitio un "anfiteatro" donde podamos regodearnos
con el 'espectaculo' del sufrimiento ajeno, desconocido y distante.
En
estos momentos, en la comodidad y seguridad de nuestros hogares,
existen miles de personas que sufren guerras, intolerancias, hambre
y sed, persecuciones... dolor, un dolor indescriptible, inenarrable,
que solo se alcanzaria a vislumbrar -apenas- si lo conocieramos,
sintieramos, de cerca.
Existe
gente, mientras leemos esto y nos basta con abrir un grifo para
servirnos agua, para la que este simple acto es un hecho casi heroico
y al limite de sus fuerzas.
Como
nos enseño la Madre Teresa de Calcuta, «hay que dar
hasta que duela», es decir, hay que intentar asomarse siquiera
aquel sufrimiento, no solo para conmovernos, sino para comprometernos
en acudir en su auxilio.
Si
al termino de su recorrido, siente humedecidos sus ojos y siente
su garganta prieta, como nos ha sucedido nosotros, habremos logrado
comprender lo realmente importante en este mundo, el sentido mismo
de nuestras fugaces existencias.
Al
comprometernos desde nuestras posibilidades, con nuestro pensamiento,
a proyectar un mundo de paz, habremos dado el primer paso.
Y
entonces, a pocos metros de nuestros hogares o a miles de kilometros
de distancia, un corazon palpitante agradecera nuestra sonrisa,
nuestro abrazo: haremos feliz a alguien, y asi, descubriendo al
otro, nos descubriremos a nosotros mismos.
Solo
le rogamos una sola cosa, por favor, no explique ni justifique la
causa de estas imagenes, estariamos humillandonos como seres humanos. |