GUERRA
EN ORIENTE MEDIO : LA OFENSIVA DE ISRAEL Y LOS ATAQUES DE
HEZBOLLAH
No
se puede seguir tolerando un Estado dentro de otro Estado
Shlomo
Avineri PROJECT SYNDICATE
La
crisis de hoy en el Líbano es una crisis del Estado
libanés. Es esta crisis estructural la que debe ser
abordada si desean detener la violencia.
Cuando
Israel retiró a sus fuerzas del sur del Líbano
en 2000, la impresión en todo el mundo fue que el gobierno
libanés iba a reafirmar su autoridad en la zona evacuada.
El Hezbollah, que fue el que lideró la lucha armada
contra la ocupación israelí, debía desarmarse
y reinventarse como fuerza política, en representación
de la comunidad shiíta que fue históricamente
marginada por las elites maronita, sunnita y drusa que gobernaron
al Líbano.
Nada
de esto ocurrió. En lugar de desplegar sus fuerzas
en el sur del Líbano, el débil gobierno de Beirut
consintió la decisión de Hezbollah de convertir
a la zona en escenario para los ataques contra Israel. En
los últimos seis años, Hezbollah creó
un virtual Estado dentro de otro Estado. Su milicia se convirtió
en la única fuerza militar del sur del Líbano
y levantó puestos en la frontera con Israel.
La
resolución 1559 del Consejo de Seguridad de Naciones
Unidas, que pide explícitamente el desarme de todas
las milicias y la reafirmación de la autoridad del
gobierno libanés en el sur, no fue escuchada. Luego
de la promocionada "Revolución del Cedro"
de 2005, Hezbollah llegó hasta a sumarse al gobierno
libanés, mientras mantenía paralelamente a su
milicia armada y el control del sur.
Israel,
por su parte, que se recuperaba todavía del trauma
de su guerra en el Líbano de 1982, optó por
no responder a los ataques de Hezbollah y confió en
que los ataques no sufrirían una escalada. Con todo,
este tipo de situaciones absurdas tienden a explotar, como
ocurrió con el secuestro perpetrado por Hezbollah de
dos soldados israelíes dentro de Israel |
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CUSTODIA.
Un guerrillero de Hezbollah cerca de una explosión
en un suburbio de Beirut. La ciudad esta casi vacía,
los negocios están cerrados y suben los precios. |
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Ya
no se puede tolerar la continua existencia del ilegítimo
Estado dentro de otro Estado que armó Hezbollah. Con
todo, el Líbano es muy débil como para afirmar
su soberanía. Para lograr que la soberanía libanesa
se reafirme en el sur del Líbano, se necesita un sólido
esfuerzo internacional, que vaya más allá de
la actual retórica y forcejeos. Los principales elementos
de una solución internacional de este tipo son los
siguientes:
*
Hezbollah debe liberar de inmediato, y sin condiciones, a
los dos soldados israelíes;
*
Israel debe suspender sus actividades militares en el Líbano;
*
El gobierno libanés debe pedir ayuda para implementar
la resolución 1559 de la ONU;
Para
este fin, se debe crear una fuerza internacional sólida
y adecuadamente armada.
Para
tener éxito, esta fuerza debe actuar de forma muy distinta
a los fallidos esfuerzos previos de la ONU en el Líbano.
La existente fuerza de la ONU en el sur del Líbano,
la UNIFIL, es una triste broma. Nunca impidió que los
terroristas atacaran Israel y tampoco frenó la invasión
israelí al Líbano en 1982.
Lo
que se necesita es una delegación militar con un mandato
claro para usar la fuerza. Debería ser internacional,
y contar con la bendición de la ONU, pero no ser una
fuerza de la organización. Y para sumarle legitimidad
a su delicada misión dentro de un Estado árabe,
debieran sumársele soldados de Marruecos, Arabia Saudita,
y Pakistán, tal vez.
La
misión de esta fuerza debiera ser la de desplegar —por
la fuerza, de ser necesario— al Ejército Libanés
en el sur del Líbano, para que participe en el desarme
de Hezbollah y para que patrulle la frontera libanesa-israelí,
garantizando así que no haya incursiones desde ninguna
de las partes. |
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DOLOR.
Karib Kubaisi, de dos años, un niño libanés
herido durante los ataques israelíes al sur del país |
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Y
último, pero no por ello menos importante, hay algo
que no es muy sabido y es que una de las anomalías
del estado en el que se encuentra el Líbano hasta el
día de hoy es que Siria no reconoció por completo
su existencia como nación soberana (en los libros de
texto de las escuelas sirias, el Líbano figura como
parte de la Gran Siria). Por ende, no existen relaciones diplomáticas
normales entre ambos países.
Algo
absurdo, y peligroso. Siria debiera ser presionada para reconocer
la soberanía e independencia del Líbano.
El
vacío de autoridad legítima fue el que creó
la crisis actual. Es necesario un cambio radical. Que sólo
se podrá hacer realidad con una fuerza militar eficaz.
De otro modo, estamos condenados a que los actuales ciclos
de violencia continúen.
*(Shlomo
Avineri es ex director general de la cancillería israelí
y profesor de Ciencias Políticas en la Universidad
Hebrea de Jerusalén).
Clarin, Martes 18 de julio de 2006 |
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ICONO.
La imagen de Nasrallah en un estandarte en la marcha, ayer,
ante al Parlamento palestino en Gaza. |
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