Los bombardeos israelíes y los lanzamientos de cohetes de Hezbollah recrudecieron ayer, mientras huían miles de extranjeros

Ayer hubo otros 40 muertos
Líderes internacionales intensifican las gestiones para solucionar la crisis
Israel y la guerrilla libanesa no ceden en sus condiciones para un alto el fuego

BEIRUT.- La escalada militar entre Israel y la milicia libanesa Hezbollah se agravó aún más ayer, con intensos ataques de ambos bandos que dejaron más de 40 muertos, mientras cientos de miles de extranjeros y libaneses continuaban con su desesperado éxodo ante la situación cada vez más explosiva.

Los esfuerzos diplomáticos para frenar los enfrentamientos cobraron ímpetu ayer, aunque Hezbollah rechazó las propuestas internacionales de un alto al fuego por considerarlas "condiciones israelíes". También el primer ministro israelí, Ehud Olmert, pronunció duras declaraciones que alejaron las esperanzas de una solución pronta para la ofensiva que lanzó el miércoles pasado.

Por sexto día consecutivo, el Líbano fue castigado con nuevos bombardeos de Israel, que lanzó también una incursión terrestre relámpago a su país vecino, por primera vez desde que comenzó el conflicto. Un pequeño grupo de fuerzas israelíes entró brevemente en territorio libanés para atacar bases de Hezbollah en la frontera, y luego se replegó.

Aunque varias unidades de reservistas fueron desplegadas hacia la frontera en caso de una eventual ofensiva terrestre más amplia, Israel hasta ahora no ha ingresado masivamente, ya que la zona estaría fuertemente minada por Hezbollah. Por su parte, la radio del ejército israelí, que citó a un militar de alto rango, dijo se preparan para reforzar una "zona de seguridad" de un kilómetro para mantener a Hezbollah alejado de la frontera.

Ayer, los ataques israelíes dejaron 43 muertos, entre ellos nueve soldados, y provocaron decenas de heridos. La cantidad de muertos en los seis días de conflicto se incrementó a 210 en el Líbano y a 24 en Israel.

La aviación israelí llevó a cabo ayer unos 60 bombardeos: el aeropuerto y el puerto de Beirut, depósitos de combustible, instituciones de Hezbollah, bases del ejército, puentes y autopistas fueron tomados como blancos. Los ataques israelíes también se concentraron en los suburbios del sur de Beirut, considerados el feudo del Hezbollah y de su líder, el jeque Hassan Nasrallah.

Al mismo tiempo, los milicianos de este grupo fundamentalista dispararon de nuevo cohetes hacia el norte de Israel. Volvieron a impactar en la ciudad de Haifa, donde unas seis personas resultaron heridas (ver Pág. 3). También lanzaron cohetes sobre otras localidades, sin provocar muertos.

La ofensiva en el Líbano, que mañana cumplirá una semana, tiene lugar en momentos en que Israel mantiene su presión en la Franja de Gaza en busca de un soldado secuestrado por terroristas de la organización Hamas, en el gobierno. Allí, las fuerzas israelíes bombardearon ayer un edificio vacío de la cancillería palestina por segunda vez en menos de una semana.

Los extranjeros, en tanto, continuaron huyendo del Líbano, y varios países coordinaban planes de emergencia para evacuar a sus ciudadanos por tierra, aire y mar. Italia y Francia utilizaron barcos para sacar del área a cientos de sus ciudadanos y de otros europeos. Otros gobiernos organizaban evacuaciones terrestres hacia Siria (ver aparte).

Mientras los ataques y el éxodo seguían en aumento, la comunidad internacional intensificó sus esfuerzos para detener el conflicto. Las Naciones Unidas y Gran Bretaña instaron al emplazamiento de una fuerza internacional en la región, y Rusia ofreció tropas para esa iniciativa. También la Unión Europea anunció que estaba analizando el envío de una fuerza de paz.

Además, Irán -que junto a Siria apadrina a Hezbollah- llamó a un cese al fuego y un intercambio de prisioneros, mientras que el enviado de la ONU a la región manifestó que había logrado unos primeros pasos prometedores durante las conversaciones que mantuvo con el primer ministro libanés.

Por su parte, Olmert declaró ayer ante el Parlamento que la ofensiva en el Líbano no se detendrá hasta que Hezbollah devuelva a los soldados israelíes, deje de lanzar cohetes y los guerrilleros se retiren de la frontera. Afirmó que Israel está protagonizando una lucha contra el "eje del mal", representado por Siria e Irán, y contra "las organizaciones terroristas que son un instrumento de este eje".

En medio de los llamados a la paz de la comunidad internacional, el movimiento chiita libanés Hezbollah desestimó ayer las propuestas internacionales de un alto al fuego, al considerarlas "condiciones israelíes". Anoche, una lluvia de cohetes Katyusha lanzados por Hezbollah desde el Líbano cayó sobre la Alta Galilea, en el norte de Israel, indicaron fuentes militares. Cuatro personas fueron heridas en Safed y el hospital de la ciudad también fue alcanzado por cohetes, según el ejército israelí.

Agencias AP, AFP, Reuters y ANSA, La Nacion, 18 de julio de 2006