Por
su parte, la Policía de Beirut informó que un
religioso libanés chiíta, Adel Akkache, su esposa
y sus ocho hijos murieron al amanecer en un ataque de la aviación
israelí contra su vivienda, en el sur del Líbano.
Dos vecinos también murieron en el bombardeo.
El
de ayer fue el segundo revés para Israel en 20 días.
En ambos casos, fuerzas irregulares lograron apresar a militares
israelíes. El primero fue el 25 de junio pasado, cuando
tres grupos de milicianos palestinos capturaron al cabo Gilad
Shalit, cerca de la frontera sur de Gaza.
Con
el ataque de ayer, Israel tiene abierto dos frentes de guerra.
Aunque la embestida de Hezbollah fue sorpresiva, la reacción
israelí fue inmediata: bombardeó por mar y por
aire. Aviones de combate destruyeron carreteras para bloquear
la ruta de escape de los guerrilleros y dos puentes, uno a
15 y otro a 40 kilómetros al sur de Beirut. Israel
realizó además su primera incursión en
el país vecino desde mayo del 2000, cuando se retiró.
En
Jerusalén, después de una importante reunión
de gabinete que terminó cerca de la medianoche, el
gobierno israelí autorizó un plan militar en
Líbano que presupone el inicio de una ofensiva. Desde
temprano las Fuerzas Armadas estaban concentrando sus fuerzas
por lo que se espera será una dura represalia que incluiría
la destrucción de infraestructura básica en
Beirut. La Bolsa de Tel Aviv se derrumbó ayer tras
la nueva escalada.
En
la madrugada del jueves seguían los enfrentamientos
y crecía el clima de inestabilidad en Oriente Medio.
Es difícil para los ejércitos convencionales
como el de Israel desbaratar las tácticas de guerra
de guerrillas como las de Hezbollah.
Para
Samuel Hadas, primer embajador de Israel en Madrid y el Vaticano,
Israel no tiene más alternativa que responder con contundencia.
"Esta ha sido una apuesta muy seria por parte de Hezbollah
y este tipo de acciones no pueden quedar sin respuesta. Además,
yo no recuerdo que haya habido en muchos años una presión
tan fuerte de la opinión pública y los medios
sobre el gobierno como la que hay ahora. Este hecho va a poner
a prueba la fuerza y la voluntad política del gobierno
de Ehud Olmert".El académico argentino y profesor
de la Universidad Ben Gurion, Daniel Flic, coincide con Hadas.
"Esto es algo que en cualquier frontera del mundo es
difícil de dejar pasar", dijo a Clarín.
Y explicó cuáles son las razones internas que
influirán para que Isarel golpee con una inusitada
dureza.
"Primero,
porque es un gobierno de concepción militarista. Segundo,
ante los dos fracasos del ejército, la cúpula
militar tiene necesidad de demostrar su eficiencia. Y en la
misma línea Ehud Olmert y el ministro de Defensa Amir
Peretz, los más criticados en estas horas, deberán
demostrar que saben conducir y que son fuertes".
"Israel
reaccionará de forma adecuada porque es evidente para
todo el mundo que la responsabilidad de este caso recae en
el gobierno libanés", explicó ayer Yitzhak
Herzog, miembro del gabinete de seguridad.