Opinión
Los efectos de jugar con fuego
Por Rafael Eldad
Israel fue atacado esta semana desde su frontera con el
Líbano, lo que dejó un saldo de ocho soldados
muertos y dos secuestrados. Estos lamentables acontecimientos
ocurrieron sin que Israel hubiera ocupado, por años,
ni un milímetro de territorio libanés, hecho
oficialmente reconocido por las Naciones Unidas y que demuestra,
una vez más, que el pretexto de la ocupación
siempre ha sido una mentira y una mera manipulación.
El
ataque fue perpetrado por el grupo terrorista Hezbollah,
al que algunos insisten en denominar partido político.
¿Será éste un partido político
muy especial y único en el mundo? ¡No sé
de ningún otro con semejante aparato militar! De
hecho, los recursos bélicos de los cuales dispone
lo han transformado en el amo y señor del Líbano.
Hezbollah ocupa un rol central dentro del gobierno libanés
y, por lo tanto, transforma al Líbano en responsable
directo de todos los trágicos acontecimientos que
sacuden, una vez más, a la región.
Es
primordial destacar, además, el rol nefasto que tienen
Siria e Irán estimulando la violencia, abasteciendo
y dando cobijo a los terroristas. Contra su voluntad, Israel
se ve forzado a actuar para defender a su población
a fin de garantizar la seguridad de sus ciudadanos.
Es
muy triste ver que para los terroristas cualquier civil
no es más que un blanco de guerra. Ayer debimos lamentar
el trágico asesinato, a manos del grupo terrorista
Hezbollah, de la señora Mónica Saidman, ciudadana
argentina e israelí. Sé, positivamente, que
Israel no quiso llegar a este enfrentamiento y que aspira
a que esta trágica espiral de violencia no avance
aún más. Pero para eso son imprescindibles
la devolución de los soldados secuestrados y el cese
definitivo de los constantes ataques a civiles al norte
de Israel.
Dentro
de pocos días conmemoraremos el 12º aniversario
del atentado a la AMIA, que costó la vida a 85 ciudadanos
argentinos. Este funesto ataque también fue perpetrado
por Hezbollah, el mismo grupo terrorista que sigue, incansablemente,
su siniestra actuación.
La
paz sólo podrá reinar en Medio Oriente el
día en que no haya más espacio para grupos
terroristas como Hamas o Hezbollah y cuando los países
que los apañan, como Siria, Irán y el Líbano,
asuman las consecuencias de jugar con fuego.
El
autor es embajador de Israel en la Argentina
La
Nacion, Viernes 14 de julio de 2006