Biografía
Sebastián Salgado Nació en Minas Gerais (Brasil) en 1944. Cursó la Licenciatura en Economía en los Estados Unidos, y se desempeñó en el Ministerio de Hacienda de ese país. En los primeros años de la década del setenta, trabajando para la Organización Internacional de Café, en Inglaterra, decidió tomar fotografías para enriquecer los informes de una investigación que desarrollaba. El resultado fue tan descollante que desde ese momento abandonó el trabajo teórico para adentrarse en el mundo de la imagen, iniciando una carrera vertiginosa que lo posicionó como uno de los reporteros más prestigiosos de mundo.
Miembro de la agencia Magnum desde 1979, Salgado desarrolló un ensayo fotográfico mostrando las condiciones de esclavitud en las que son explotados los trabajadores de las minas de oro de Sierra Pelada, Brasil. Estas imágenes recorrieron el mundo entero y con certeza formarán parte de la historia de la fotografía universal. Este ensayo le abrió las puertas para continuar un trabajo que, sin abandonar los códigos del fotorreportaje, le ha permitido construir un atlas de su propia concepción del mundo actual, abordando temas intrinsecamente relacionados, como las guerras, el hambre, la modificación de los sistemas de producción, la contaminación y la utilización de las religiones como formas de control y de poder.

Durante siete años (1977–1984) vagó por Latinoamérica, su región de origen, caminando hasta remotos pueblos de montaña con la intención de conseguir imágenes para su libro y exposición Other Americas (1986,Otras Américas), una exploración contemplativa de las sociedades campensinas y de la resistencia cultural de los amerindios y sus descendientes en México y en el Brasil. A mediados de los ochenta, colaboró durante quince meses con la ONG francesa Médicos sin Fronteras en la región africana del Sahel, afectada por una gran sequía, y creó Sahel: L'homme en dÉtresse (1986, Sahel: el fin del camino), un documento sobre la dignidad y resistencia del pueblo sometido al mayor sufrimiento. Desde 1986 hasta 1992 se centró en Workers (1993, Trabajadores), un documental fotografiado en 26 países sobre el final de la mano de obra masiva. Después de Terra: Struggle of the landless (1997, Terra: la lucha de los sin tierra), un documental sobre los que luchan por reclamanar su tierra en Brasil, su país natal, publicó Migrations (Migraciones) y Children (Niños) en el 2000, sobre las duras condiciones de vida de los desplazados, refugiados y emigrantes de 41 países.


Ganador de medio centenar de premios internacionales, Sebastián Salgado es el segundo fotógrafo, luego de Henri Cartier-Bresson, adoptado por la Academia de Artes y Ciencias de los Estados Unidos.


Sebastião Salgado es un fotógrafo de renombre internacional que forma parte de la corriente de «fotografía comprometida». Instituciones de todo el mundo le han concedido los principales premios fotográficos y reconocimientos por sus logros. En 1994 crea su propia agencia: "Amazonas Images", con sede en París, gerenciada por su mujer Leila, y cuyo fin es la comercialización y distribución de su trabajo, exclusivamente. En 1994 fundó su propia agencia de prensa

 
  Especiales : SOBRE LA DIGNIDAD DEL HOMBRE.
Sebastian Salgado en la red. fotografias ,entrevistas, notas, biografías. Lista de enlaces sobre Sebastiao Salgado.
Sebatián Salgado en la red

Sebastiao Salgado  

   "Estas fotografías son sólo una continuación de mi vida. No hago nada excepcional, es sólo una forma de vida. Siempre ha sido mi vida y seguirá siéndolo".

Sebastiao Salgado

  • En 1968, obtuvo la maestría en Economía en las Universidades de San Pablo y Venderbit (EE UU)..
  • De 1969 a 1971, frecuentó, en París, la Escuela Nacional de Estadística Económica. Obtuvo en 1971 el título de doctor.
  • La fotografía surgió cuando, desde 1971 a 1973, trabajó en Africa para la Organización Internacional del Café. Renunció, regresó a Paris y comenzó a trabajar como fotógrafo.
  • Sus primeros trabajos registraron la sequía en el Sahel, África, y trabajadores inmigrantes en Europa. De 1977 a 1983, viajó varias veces a América Latina. El resultado del trabajo fue publicado en el libro "Otras Américas". En 1979, entró en Magnum, agencia que reúne grandes nombres de la fotografía mundial. En 1986, Salgado dio inicio al proyecto sobre la desaparición del trabajo manual, concretado en 1993 en la exposición y en el álbum "Trabajadores".
  • Ganó premios como el Eugene Smith de Foto Humanista en 1982, el Kodak en 1984, el Oscar Barnack en 1985, el Rey de España en 1988 y el World Press de Periodismo.


        Refugiados ruandeses  en Benako (Tanzania), 1994.


Sus fotografías en la red
Campo de tránsito de Giseniy para los refugiados tutsi ruandeses que vuelven a sus hogares desde el Zaire, Ruanda, 1995.


  Entrevistas

Campo de refugiados ruandeses, Zaire, 1994.
Refugiados y emigrantes

África a la deriva

 

  La lucha por la tierra

    Megaciudades

 

           Los niños

Sebastiao Salgado.TERRA-BRASIL

 



  Otras Américas

 

 

Hambre en el Sahel

1984-1985



Trabajadores

1986-1992


 Artículos sobre Sebastiao Salgado

¿Cómo comenzó el proyecto Éxodos?

El proyecto Éxodos es la continuación de mi anterior trabajo, Trabajadores. Es el segundo capítulo de una misma historia. Durante los seis o siete años que estuve tomando fotografías para Trabajadores, me di cuenta de que estamos inmersos en una transformación total de las formas de producción. Con el fin de la primera revolución industrial y la llegada de las nuevas tecnologías —las máquinas inteligentes— a la línea de producción, con la nueva organización de los factores de producción, me di cuenta de que los seres humanos y su forma de vida tradicional y sedentaria también empezaba a transformarse.

Millones de trabajadores pierden su trabajo debido a la producción masiva; los expulsan de las zonas agrícolas, de una región a otra. Y acuden a la ciudad en busca de trabajo. Anualmente, 120 millones de trabajadores del campo se suman a esta emigración; diez veces la población de una ciudad como Nueva York. En el sector industrial y de servicios ocurre lo mismo.

La mayoría de la población vivía en el campo, pero esto ha cambiado por completo: el mundo se ha vuelto urbano. Las ciudades como París, Nueva York y Londres son ciudades del pasado. Las ciudades del futuro son Bombay, México, Manila, Yakarta, São Paulo. Tenían cuatro o cinco millones de habitantes; ahora tienen quince. En estos momentos, hay más de 150 ciudades de la India que tienen más de un millón de habitantes.

En Brasil, por ejemplo, había cientos de haciendas de las que vivían varios cientos de miles de familias. Ahora han sido remplazadas por un par de enormes haciendas de monocultivo que emplean a tiempo parcial a los antiguos dueños, bajo contratos limitados. Brasil a su vez se ha convertido en el primer productor de naranjas que se venden en el mercado norteamericano y ha remplazado parcialmente la producción del estado de la Florida que es muy variable debido a las fluctuacines en el mercado.

La emigración es algo que conozco muy bien: crecí en una hacienda del Brasil. Cuando tenía cinco años, me fui a vivir a la ciudad. Cuando tenía quince años, me fui de aquella pequeña ciudad a una ciudad de tamaño medio con 120.000 habitantes. Cuando me casé con Lelia hace veintidós años, nos fuimos a vivir a São Paulo. Luego, por motivos políticos, tuvimos que abandonar nuestro país y mudarnos a Francia. Y aún hoy, 31 años después, sigo siendo un extranjero que vive en un país extranjero.

¿Qué espera lograr con este proyecto?

No soy quien para juzgar lo que es bueno o lo que es malo. Mis fotografías son tan sólo una representación de lo que ocurre en este ciclo de desplazamientos y migraciones. Durante siete años he viajado por 47 países y probablemente tenga fotografías de 39 o 40 países. Fotografío mundialmente y quiero exponerlo mundialmente: cada uno de mis reportajes trata sobre la globalización y liberalización económica, son una muestra de la condición humana de este planeta hoy en día.

Mi gran esperanza es ayudar y suscitar el debate para que podamos hablar sobre la condición humana teniendo en cuenta a la gente desplazada en todo el mundo. Mis fotografías son como un vector que une lo que está ocurriendo a la persona que no tiene la oportunidad de presenciar aquello, le da la oportunidad de verlo. Espero que la persona que salga de ver mi exposición no sea exactamente la misma que antes de entrar.

Creo que la forma en que viven los países ricos del mundo es la forma correcta de vivir. Todo el mundo tiene derecho a la salud, a la educación, a la asistencia social, y tiene el derecho y la necesidad de ser ciudadano. Creo que todos los seres humanos de este planeta deben tener lo mismo. Y curiosamente, tenemos suficientes recursos para hacer un mundo mejor para todos nosotros.

¿Qué relación guarda este trabajo con los anteriores?

Todo mi trabajo está relacionado como si fueran distintos capítulos de una misma historia: mis fotografías de los campesinos latinoamericanos que luchan por la supervivencia; las fotografías del Sahel; las de los refugiados y poblaciones desplazadas; las de trabajadores... son todas sobre seres humanos que luchan por su dignidad e intentan vivir mejor juntos. Intento ser coherente con este pequeño momento que me toca vivir en el planeta y, a la postre, mis fotografías son mi forma de vida.

Ahora no soy más o menos pesimista, soy más realista. Solía pensar que la evolución significa 'evolución en un sentido positivo', que nos encaminábamos hacia un estilo de vida mejor, a mejorar nuestras relaciones. Hoy en día, comprendo un poco mejor el comportamiento humano y creo la evolución también puede ser negativa. Creo que el verdadero talento del ser humano es su capacidad de adaptación a cualquier situación y esto me deja algunas sospechas sobre nuestra evolución: será que realemente conocemos nuestra verdadera naturaleza?

¿Qué cree que puede hacer la persona de la calle?

Creo que la persona de la calle puede ayudar mucho; no ofreciendo bienes materiales sino con su participación, discutiendo, preocupándose realmente por lo que ocurre. Es lo más importante que podemos hacer para que las cosas no vuelvan a ocurrir de este modo.

Hay una relación directa entre la pobreza del mundo y nuestra destrucción del medio ambiente. Uno de los motivos de que haya tanta pobreza es ese estrecho vínculo que une la disposición de la naturaleza al crecimiento demográfico.

No protegemos nuestro entorno y hemos destruido los bosques de la mayoría de los países tropicales. En Brasil, por ejemplo, debido a la deforestación, la tala y exportación de madera, las fincas ganaderas y las explotaciones mineras, estamos acabando con nuestros bosques y, por tanto, con las civilizaciones indias, y los indios están muriendo.

Mi esposa Lélia y yo y un grupo de amigos brasileños defendemos con dureza los bosques de mi región natal. Luchamos para conseguir que nos financien la construcción de una escuela para la capacitación de maestros de primaria, ingenieros agrícolas, hacendados y políticos. Estamos plantando 5,1 millones de árboles. Es un gran laboratorio de pruebas que contribuirá a recuperar el planeta zonas como éstas, en las que fue destruido. Por supuesto que necesitamos ayuda, debate y cualquier tipo de donación que nos sirva para plantar un árbol o a cambiar la mentalidad de una persona para que nos ayude a cambiar el medio ambiente.

Libros

Migrations, Aperture, USA, 2000

Êxodos, Companhia das Letras, Brasil, 2000

Éxodos, Fundación Retevision, España, 2000

Exodes, Éditions de la Martinière, Francia, 2000

Migranten, Zweitausendeins, Alemania, 2000

In Cammino, Contrasto / Leonardo Arte, Italia, 2000

Êxodos, Caminho, Portugal, 2000

The Children, Aperture, USA, 2000

Retratos de Crianças do Êxodo, Companhia das Letras, Brasil, 2000

Retratos de los Niños del Éxodo, Fundación Retevision, Spain, 2000

Les Enfants de L'Exode, Éditions de La Martinière, Francia, 2000

Kinder, Zweitausendeins, Alemania, 2000

Ritratti di bambini in Cammino, Contrasto / Leonardo Arte, Italia, 2000

Retratos de Crianças do Êxodo, Caminho, Portugal, 2000

 

 

«¿Estamos condenados a ser espectadores en gran medida? ¿Podemos cambiar el curso de los acontecimientos? ¿Podemos aducir "fatiga de compasión" cuando no mostramos ningún signo "fatiga de consumo"?»

—Sebastião Salgado


«Toda mi obra está entrelazada, como si fueran los distintos capítulos de una misma historia.»

—Sebastião Salgado


El Instituto Terra, una institución no lucrativa creada por Sebastião Salgado y Lélia Wanick Salgado, propone un planteamiento muy innovador para el problema de la desforestación del Brasil. Durante sus primeros diez años, el Instituto replantará parte del diezmado bosque atlántico con sus especies originales y utilizará el proyecto para apoyar un ambicioso programa de educación medioambiental. Sebastião Salgado y Lélia Wanick Salgado explican cómo surgió el proyecto y qué esperan conseguir.

Hace cinco siglos, cuando los navegantes portugueses llegaron a Brasil, el bosque atlántico se extendía por toda la costa oriental del país: tres mil kilómetros que separan los actuales estados de Rio Grande do Norte y Rio Grande do Sul. Era un bosque costero estrecho, que sólo se adentraba cuatrocientos kilómetros tierra adentro en su parte más ancha, pero cubría un área de 1,1 millones de kilómetros cuadrados, dos veces el tamaño de Francia, aproximadamente. En su forma original, este bosque tropical húmedo representaba quizá la mayor reserva biológica individual de la Tierra. Incluso más que la Amazonia, albergaba una concentración sin igual de variados animales y plantas endémicos. Debido a su variedad de climas y paisajes, alojaba millares de especies de flora y fauna únicas. Era en sí mismo un hito exclusivo de la historia de la evolución.

Hoy en día, apenas sobrevive el ocho por ciento del bosque atlántico. En lugar de un único biosistema gigante formado por una franja ininterrumpida de bosque, ahora hay bosques y forestas aislados. Como resultado de esto, muchas especies han desaparecido. Lamentablemente, fue necesario destruir la mayoría de la vegetación autóctona para que el Brasil —y el resto del mundo— se percataran de la importancia del bosque. Se han necesitado casi quinientos años para darse cuenta de lo que estaba ocurriendo.

Los primeros asentamientos humanos a lo largo de la costa se convirtieron con el tiempo en grandes ciudades con crecientes suburbios. En los tiempos coloniales, se talaban terrenos para dar paso a las plantaciones de café, azúcar y cacao, pero durante los últimos cincuenta años, se han talado muchos más bosques para crear granjas pecuarias. Y a medida que la minería y la tala avanzaban a buen paso, las ciudades extendían sus vastos complejos industriales, con su contaminación aneja. La región que estaba cubierta en su momento por el bosque atlántico acoge ahora a la mitad de la población del Brasil y al ochenta por ciento de su actividad económica. No ha sobrevivido ningún bosque.

Y no obstante lo anterior, aún se puede hacer algo.

Podemos conservar los restos de este bosque tropical único; incluso puede invertirse el proceso de desforestación y desertización, pero no puede establecerse a golpe de decreto. El verdadero progreso sólo se llevará a cabo cuando el brasileño de a pie se persuada de que debe salvar el bosque atlántico por su propio interés. Y éste es un proceso tremendamente lento: el daño causado por los individuos sólo puede ser reparado por los individuos.

Tenemos un plan: durante la próxima década, la Fazenda Bulcao, un antiguo rancho ganadero de 650 hectáreas en el estado oriental de Minas Gerais, se reforestará con especies endémicas del bosque atlántico y se repoblará con alguna de la fauna que vivió allí en otros tiempos. Al mismo tiempo, se pondrá en marcha un ambicioso programa educativo sobre la conservación de los bosques y la conciencia ecológica entre los estudiantes de agricultura, funcionarios municipales y agricultores.

Por tanto, el proyecto está destinado a ganarse a los brasileños, no mediante legislación y propaganda, sino mediante el ejemplo y la educación. Si lo hacemos solos, el efecto del proyecto será limitado, pero, con suerte, cada prosélito ganado será un nuevo proselitista. Y, con el tiempo, lo que nació como un experimento tendrá un efecto multiplicador, y se convertirá en un modelo digno de imitar en proyectos similares en todo el Brasil.

Nuestra visión puede ser idealista, pero nuestro planteamiento es práctico y pragmático. Creemos que el Instituto Terra puede marcar la diferencia.

 


 

Las siguientes son organizaciones de cooperación con las que colabora Sebastião Salgado. Póngase en contacto directo con ellas para colaborar como voluntario o contribuir económicamente.

UN High Commissioner for Refugees

International Organization of Migration

Doctors Without Borders

UNICEF

Christian Aid (UK)

Save the Children

Norwegian People's Aid

Frères des Hommes

Comité Catholique Contre la Faim et pour le Développement

Reporters sans Frontières

Ligue de l'Enseignement

Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra


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