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TEXTOS PROPUESTOS

(M. Sanz Mayo; C. Viñuela)

- La creación del enemigo, de Sam Keen.

- La aurora, de F.G. Lorca

- Madrid, corazón de España, de Rafael Alberti

- A los Internacionales, de Rafael Alberti

- Una España joven, de Antonio Machado

- España en paz, de Antonio Machado

- El hambre, de Miguel Hernández

- La fiesta del trabajo, de Miguel Hernández

- Un artículo de Gloria Cordero, catedrática de la Universidad de Chile, "En torno al sentido de Cien años de soledad", que nos servirá para ilustrar la metáfora que representa la ciudad de Macondo, fundada por Úrsula y José Buendía, como frustración del camino que conduce a la solidaridad, del avance cotidiano hacia la fundación de la comunidad que considere nuestros requerimientos reales, superando las ideologías de los humanos desechables, que deben ser eliminados para que unos pocos alcancen las delicias de la modernidad. En definitiva, la metáfora de Macondo expresa una forma de relación alienada de la realidad del sí mismo, de los demás, del progreso y de todas las formas de comunicación productivas.

- Defenderé la casa de mi padre, de Gabriel Aresti

- Severa conminación de un ciudadano del mundo, de Miguel Labordeta.

- Patria, de Eugenio de Nora.

- Ante la madre de un camarado muerto, de Dionisio Ridruejo.

- Réquiem, de José Hierro.

- Instantes, de Jorge Luis Borges.

- Carta a un cabeza rapada, Colectivo Educación y no violencia.

- Canciones de Victor Jara, cantante chileno asesinado tras el golpe de estado que se produjo en su país en 1973.

 

 


LA CREACIÓN DEL ENEMIGO, SAM KEEN

Para crear un enemigo, toma un lienzo en blanco
y esboza sobre él las figuras de hombres, mujeres y niños.
(...)
Dibuja en el rostro de tu enemigo la envidia, el odio, la crueldad
que no te atreves a admitir como propias.
Ensombrece todo asomo de simpatía en sus rostros.
(...)
Deforma su sonrisa
hasta que parezca el aspecto tenebroso de una mueca de crueldad.
Arranca la piel de sus huesos
hasta que asome el esqueleto inerte de la muerte.
Exagera cada rasgo
hasta transformar a cada ser humano
en una bestia, una alimaña, un insecto.
Llena el fondo del cuadro
con todos los demonios y figuras malignas
que alimentan nuestras pesadillas ancestrales.
Cuando hayas acabado el retrato de tu enemigo
podrás matarlo y descuartizarlo
sin sentir vergüenza ni culpa alguna
Porque entonces lo que destruirás
se habrá convertido en un enemigo de Dios
o en un obstáculo para la sagrada dialéctica de la historia.

 

ACTIVIDADES.

1. Comenta el poema de Sam Keen teniendo en cuenta la proyección violenta de los propios conflictos como forma de intolerancia y de creación de enemigos.

2. ¿Conoces algún caso actual, que guarde semejanza con lo que se dice en el poema?. Analiza, por ejemplo, las actitudes y comportamientos en las guerras, en los grupos terroristas, etc. ¿Crees que están reflejados en el poema?.

 

 


FEDERICO GARCÍA LORCA, POETA EN NUEVA YORK

 

La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracan de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.

La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.

La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.

Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraíso ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.

La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.

 

ACTIVIDAD.

1. Como ejemplo del lenguaje surrealista en Lorca, escogemos el poema "La aurora" de Poeta en Nueva York. Dentro de su dificultad, sus imágenes presentan una indudable coherencia: entre todas componen una visión de pesadilla, un cuadro terrible dominado por la suciedad, la violencia, la injusticia, la infelicidad, la "ausencia de espíritu" que el poeta veía en aquel mundo. Hay en el poema, sin embargo, versos clarísimos, contundentes, que nos muestran un gran sentimiento de desolación.

Tomando como base lo expuesto anteriormente en relación al texto que se propone, el alumno deberá intentar responder a las cuestiones que se plantean a continuación, justificando siempre la respuesta:

a) ¿De qué trata el poema de "La aurora". Define en una breve frase el contenido esencial del poema.

b) Indica lo que representa para tí "la aurora" en el poema e intenta descubrir qué sentido tiene en el texto los versos subrayados: (la aurora tiene ..., gime, llega y nadie la recibe; la luz es sepultada, ...)

c) Busca en el texto todas las palabras o versos que te sugieran: suciedad, violencia, opresión, injusticia, infelicidad, protesta, deshumanización, pesimismo y desolación.

d) Observa con atención el dibujo alusivo a este poema, realizado por el mismo Lorca e intenta relacionarlo con la temática del texto, expresando lo que te sugiera.

e) Busca las diferencias que encuentras en este texto con respecto al "Romance de la luna" del mismo autor.

f) Elabora un pequeño poema de ocho líneas sobre la injusticia y la opresión.

 

 


RAFAEL ALBERTI, MADRID, CORAZÓN DE ESPAÑA

http://www.fut.es/~msanroma/GUERRACIVIL/ALBERTI/madrid.htm

Madrid, corazón de España,
late con pulsos de fiebre.
Si ayer la sangre le hervía,
hoy con más calor le hierve.

Ya nunca podrá dormirse,
porque si Madrid se duerme,
querrá despertarse un día
y el alba no vendrá a verle.

No olvides, Madrid, la guerra;
jamás olvides que enfrente
los ojos del enemigo
te echan miradas de muerte.

Rondan por tu cielo halcones
que precipitarse quieren
sobre tus rojos tejados,
tus calles, tu brava gente.

Madrid: que nunca se diga,
nunca se publique o piense
que en el corazón de España
la sangre se volvió nieve.

Fuentes de valor y hombría
las guardas tú donde siempre.
Atroces ríos de asombro
han de correr de esas fuentes.

Que cada barrio, a su hora,
si esa mal hora viniere
-hora que no vendrá- sea
más que la plaza más fuerte.

Los hombres, como castillos;
igual que almenas, sus frentes,
grandes murallas sus brazos,
puertas que nadie penetre.

Quien al corazón de España
quiera asomarse, que llegue,
¡Pronto! Madrid está lejos.
Madrid sabe defenderse
con uñas, con pies, con codos,
con empujones, con dientes,
panza arriba, arisco, recto,
duro, al pie del agua verde
del Tajo, en Navalperal,
en Sigüenza, en donde suenen
balas y balas que busquen
helar su sangre caliente.

Madrid, corazón de España,
que es de tierra, dentro tiene,
si se le escarbara, un gran hoyo,
profundo, grande, imponente,
como un barranco que aguarda...
Sólo en él cabe la muerte.


RAFAEL ALBERTI, A LOS INTERNACIONALES

http://www.fut.es/~msanroma/GUERRACIVIL/ALBERTI/inter.htm

Venis desde muy lejos mas esta lejania
que es para vuestra sangre que canta sin fronteras?
La necesaria muerte os nombra cada dia
no importa en que ciudades, campos o carreteras.

De este pais, del otro, del grande, del pequeño
del que apenas el mapa da un color desvaido
con las mismas raices que tiene un mismo sueñoo
sencillamente anónimos y hablando habeis venido

No conoceis siquiera ni el color de los muros
que vuestra infranqueable compromiso amuralla
La tierra que os entierra la defendeis, seguros
a tiros con la muerte vestida de batalla.

Quedad que asi lo quieren los árboles, los llanos
las mínimas partidas de luz que reanima
un solo sentimiento que el mar sacude: Hermanos!
Madrid con vuestro nombre se agranda y se ilumina.

 


ANTONIO MACHADO. POEMA CXLIV. UNA ESPAÑA JOVEN

 

... Fue un tiempo de mentira, de infamia. A España
toda,
la malherida España, de carnaval vestida
nos la pusieron, pobre y escuálida y beoda,
para que no acertara la mano con la herida.

Fue ayer; éramos casi adolescentes: era
con tiempo malo, encinta de lúgubres presagios,
cuando montar quisimos en pelo una quimera,
mientras la mar dormía ahita de naufragios.

Dejamos en el puerto la sórdida galera,
y en una nave de oro nos plugo navegar
hacia los altos mares, sin aguardar ribera,
lanzando velas y anclas y gobernalle al mar.

Ya entonces, por el fondo de nuestro sueño -herencia
de un siglo que vencido sin gloria se alejaba-
un alba entrar quería; con nuestra turbulencia
la luz de las divinas ideas batallaba.

Mas cada cual el rumbo siguió de su locura;
agilitó su brazo, acreditó su brio;
dejó como un espejo bruñida su armadura
y dijo: "El hoy es malo, pero el mañana... es mío".

Y es hoy aquel mañana de ayer... Y España toda,
con sucios oropeles de carnaval vestida
aún la tenemos: pobre y escuálida y beoda;
mas hoy de un vino malo: la sangre de su herida.

Tú, juventud más joven, si de más alta cumbre
la voluntad te llega, irás a tu aventura
despierta y transparente a la divina lumbre,
como el diamante clara, como el diamante pura.

 


ANTONIO MACHADO. POEMA CXLV. ESPAÑA, EN PAZ

En mi rincón moruno, mientras repiquetea
el agua de la siembra bendita en los cristales,
yo pienso en la lejana Europa que pelea,
el fiero norte, envuelto en lluvias otoñales.

Donde combaten galos, ingleses y teutones
allá en la vieja Flandes, y en una tarde fría,
sobre jinetes, carros, infantes y cañones
pondrá la lluvia el velo de su melancolía.

Envolverá la niebla el rojo expoliario
-sordinas gris al férreo claror del campamento-,
las brumas de la Mancha caerán como un sudario
de la flamenca duna sobre el fangal sangriento.

Un César ha ordenado las tropas de Germania
contra el francés avaro y el triste moscovita,
y osó hostigar la rubia pantera de Britania.
Medio planeta en armas contra el teutón milita.

¡Señor! La guerra es mala y bárbara; la guerra,
odiada por las madres, las almas entigrece;
mientras la guerra pasa, ¿quién sembrará la tierra?
¿Quién segará la espiga que junio amarillece?

Albión acecha y caza las quillas en los mares;
Germania arruina templos, moradas y talleres;
la guerra pone un soplo de hielo en los hogares,
y el hambre en los caminos, y el llanto en las mujeres.

Es bárbara la guerra y torpe y regresiva;
¿por qué otra vez a Europa esta sangrienta racha
que siega el alma y esta locura acometiva
¿Por qué otra vez el hombre de sangre se emborracha?

La guerra nos devuelve las podres y las pestes
del Ultramar cristiano; el vértigo de horrores
que trajo Atila a Europa con sus feroces huestes;
las hordas mercenarias, los púnicos rencores;
la guerra nos devuelve los muertos milenarios
de cíclopes, centauros, Heracles y Teseos;
la guerra resucita los sueños cavernarios
del hombre con peludos mammuthes giganteos.

¿Y bien? El mundo en guerra y en paz España sola.
¡Salud, oh buen Quijano! Por si este gesto es tuyo,
yo te saludo. ¡Salve! Salud, paz española,
si no eres paz cobarde, sino desdén y orgullo,

Si eres desdén y orgullo, valor de ti, si bruñes
en esa paz, valiente, la enmohecida espada,
para tenerla limpia, sin tacha, cuando empuñes
el arma de tu vieja panoplia arrinconada;
si pules y acicalas tus hierros para, un día,
vestir de luz y erguida: heme aquí, pues, España,
en alma y cuerpo, toda, para una guerra mía,
heme aquí, pues, vestida para la propia hazaña
decir, para que diga quien oiga: es voz, no es eco;
el buen manchego habla palabras de cordura;
parece que el hidalgo amojamado y seco
entró en razón, y tiene espada a la cintura;
entonces, paz de España, yo te saludo.

Si eres
vergüenza humana de esos rencores cabezudos
con que se matan miles de avaros mercaderes,
sobre la madre tierra que los parió desnudos;
si sabes cómo Europa entera se anegaba
en una paz sin alma, en un afán sin vida,
y que una calentura cruel la aniquilaba,
que es hoy la fiebre de esta pelea fratricida;
si sabes que esos pueblos arrojan sus riquezas
al mar y al fuego -todos- para sentirse hermanos
un día ante el divino altar de la pobreza,
gabachos y tudescos, latinos y britanos,
entonces, paz de España, también yo te saludo,
y a ti, la España fuerte, si, en esta paz bendita,
en tu desdeño esculpes, como sobre un escudo,
dos ojos que avizoran y un ceño que medita.

 


MIGUEL HERNÁNDEZ, "El hambre", en El hombre acecha.

El hambre es el primero de los conocimientos:
tener hambre es la cosa primera que se aprende.
Y la ferocidad de nuestros sentimientos
allá donde el estómago se origina, se enciende.

Uno no es tan humano que no estrangule un día
pájaros sin sentir herida la conciencia:
que no sea capaz de ahogar en nieve fría
palomas que no saben si no es de la inocencia.

El animal influye sobre mí con extremo,
la fiera late en todas mis fuerzas, mis pasiones.
A veces, he de hacer un esfuerzo supremo
por acallar en mí la voz de los leones.

Me enorgullece el título de animal en mi vida,
pero en el animal humano persevero.
Y busco por mí cuerpo lo más puro que anida,
bajo tanta maleza, con su valor primero.

Por hambre vuelve el hombre sobre los laberintos
donde la vida habita siniestramente sola.
Reaparece la fiera, recobra sus instintos,
sus patas erizadas, sus rencores, su cola.

Arroja los estudios y la sabiduría,
y se quita la máscara, la piel de la cultura,
los ojos de la ciencia, la corteza tardía
de los conocimientos que descubre y procura.

Entonces sólo sabe del mal, del exterminio
Inventa gases, lanza motivos destructores,
regresa a la pezuña, retrocede al dominio
del colmillo, y avanza sobre los comedores.

Se ejercita en la bestia, y empuña la cuchara
dispuesto a que ninguno se le acerque a la mesa.
Entonces sólo veo sobre el mundo una piara
de tigres, y en mis ojos la visión duele y pesa.

Yo no tengo en el alma tanto tigre admitido,
tanto chacal prohijado, que el vino que me toca,
el pan, el día, el hambre no tenga compartido
con otras hambres puestas noblemente en la boca.

Ayudadme a ser hombre: no me dejéis ser fiera
hambrienta, encarnizada, sitiada eternamente.
Yo, animal familiar, con esta sangre obrera
os doy la humanidad que mi canción presiente.

 


MIGUEL HERNÁNDEZ, LA FIESTA DEL TRABAJO

(texto publicado en Frente Sur (Jaén), 1 de mayo, 1937; editado en Poesia y prosa de guerra y otros textos olvidados de Miguel Hernández; Madrid: Hiperión, 1977, 147-8).

Para el hombre saludable y sin vicios, el trabajo es una fiesta. Los huesos gozan girando sobre sus goznes y la carne con fuerza, y la piel se dilata hermosa en los movimientos de la faena. Aquel que no trabaja no sabe lo que es descanso puro. Aquel que rehuye el contacto de la herramienta no ve lucir sus manos en la luz. Los dedos flacos y amarillentos del ocio me repugnan, y procuro eclipsarlos con una manifestación de dedos hechos al trato de las barbecheras. No existe más hermosa fiesta de sangre y armonía que la del trabajo.

En mayo ocupa el trabajo su mediodía. Por eso los jornaleros aprovechan su fecha primera para festejarle. El azadón pone más hiriente su quijada y canta con más pasión el yunque. Los aposentos donde el hombre y la mujer acostumbran a amarse son casi fragorosos. El amor también es trabajo. Mayo es un taller de mujeres y hombres, raíces y animales que resuenan de un modo musical amando y trabajando. La mujer anhela durante este mes, como nunca, ser madre y la tierra es doblemente materna. A las puertas de mayo hay una escritura luminosa que dice: fecundidad.

Todo, unido al estruendo de la guerra, hace de este mayo una sonora esfera espumosa de venas, balas, flores. España aparece bajo un brillo ansioso de laboriosidad. Se presiente la voz de la cigarra. Da la viña su primer perfume y enlaza frenéticamente sus brotes con unas y otras. Este mayo hispano es como una explosión de huertas, fusiles y vientres floridos.

Dicen que la mala hierba no muere jamás: lo creo. Pero se la puede aplastar, que no retoñe, que no crezca. Los malos jaramagos que se apoderan de los trigos, los tizones mezquinos, son extirpados por los escardadores, y las espigas llegan hasta donde merecen llegar.

Siempre han abundado en mayo las pendencias y las violentas muertes. Este mayo, mientras la pólvora exije fuego con más ansia que en los demás meses, va, tal vez, a decidir la victoria del pueblo, que lucha como las espigas paneras contra el fascismo de malos jaramagos y tizones.

 


 

EN TORNO AL SENTIDO DE CIEN AÑOS DE SOLEDAD

Gloria Cordero (Universidad de Chile)

En Internet.

http://www.uchile.cl/facultades/filosofia/anuario/ANUA-07.html

En el CD-ROM.Copia del archivo


GABRIEL ARESTI, DEFENDERÉ LA CASA DE MI PADRE

Defenderé
la casa de mi padre.
Contra los lobos,
contra la sequía,
contra la usura,
contra la justicia,
defenderé
la casa
de mi padre.
Perderé
los ganados,
los huertos,
los pinares;
perderé
los intereses,
las rentas,
los dividendos,
pero defenderé la casa de mi padre.
Me quitarán las armas
y con las manos defenderé
la casa de mi padre;
me cortarán las manos
y con los brazos defenderé
la casa de mi padre;
me dejarán
sin brazos,
sin hombros
y sin pechos
y con el alma defenderé
la casa de mi padre.
Me moriré,
se perderá mi alma,
se perderá mi prole,
pero la casa de mi padre
seguirá
en pie.

ACTIVIDADES.

1. El alumnado se reunirá en grupos reducidos. Una vez leído el poema, los alumnos deberán extraer su significado y ponerle un título apropiado.

2. Cada grupo dispondrá de 15 minutos para realizar una representación del poema, según su propia interpretación del mismo.

3. Se buscarán situaciones conflictivas similares a la descrita en el poema en el mundo actual.

 

 


 

MIGUEL LABORDETA

SEVERA CONMINACIÓN DE UN CIUDADANO DEL MUNDO (Epilírica, 196 1)

En: Antología de la poesía española (1939-1975)

Mataos
pero dejad tranquilo a ese niño que duerme en una cuna.
Si vuestra rabia es fuego que devora tal cielo
y en vuestras almohadas crecen las pistolas:
destruíos aniquilaos ensangrentad
con ojos desgarrados los acumulados cementerios
que bajo la luna de tantas cosas callan
pero dejad tranquilo al campesino
que cante en la mañana
el azul nutritivo de los soles.

Invadid con vuestro traquetreo
los talleres los navíos las universidades
las oficinas espectrales donde tanta gente languidece
triturad toda rosa hallad al noble pensativo
preparad las bombas de fósforo y las nupcias del agua con la muerte
que han de aplastar a las dulces muchachas paseantes
en esta misma hora que sonríe
por una desconocida ciudad de provincias
pero dejad tranquilo al joven estudiante
que lleva en su corazón un estío secreto.

Inundad los periódicos las radios los cines las tribunas
de entelequias estructuras incompatibilidades
pero dejad tranquilo al obrero que fumando un pitillo
ríe con los amigos en aquel bar de la esquina.

Asesinaos si así lo deseáis
exterminaos vosotros: los teorizantes de ambas cercas
que jamás asiríais un fusil de bravura
pero dejad tranquilo a ese hombre tan bueno y tan vulgar
que con su mujer pasea en los económicos atardeceres.

Aplastaos pero vosotros
los inquisitoriales azuzadores de la matanza
los implacables dogmáticos de estrechez mentecata
los monstruosos depositarios de la enorme Gran Estafa
los opulentos energúmenos que en alza favorable de cotizaciones
preparáis la trituración de los sueños modestos
bajo un hacha de martirios inútiles.

Pisotead mi sepulcro también
os lo permito si así lo deseáis inclusive y todo
aventad mis cenizas gratuitamente
si consideráis que mi voz de la calle no se acomoda a vuestros fines suculentos
pero dejad tranquilo a ese niño que duerme en una cuna
al campesino que nos suda la harina y el aceite
al joven estudiante con su llave de oro
al obrero en su ocio ganado fumándose un pitillo
y al hombre gris que coge los tranvías
con su gabán roído a las seis de la tarde.

Esperan otra cosa.
Los parieron sus madres para vivir con todos
y entre todos aspiran a vivir tan sólo esto
y de ellos ha de crecer
si surje
una raza de hombres con puñales de amor inverosímil
hacia otras aventuras más hermosas.

 

 


EUGENIO DE NORA, PATRIA

La tierra, yo la tengo sobre la sangre escrita.
Un día fue alegre y bella como un cielo encantado
para mi alma de niño. Oh tierra sin pecado,
sobre cuyo silencio sólo la paz gravita.

Pero la tierra es honda. La tierra necesita
un bautismo de muertos que la hayan adorado
o maldecido, que hayan en ella descansado
como sólo ellos pueden, haciéndola bendita.

Fui despertado a tiros de la infancia más pura
por hombres que en España se daban a la muerte
Aquí y allí, por. ella. ¡Mordí la tierra, dura,
y sentí sangre viva, cálida sangre humana!
Hijo fui de una patria. Hombre perdido: fuerte
para luchar, ahora, para morir, mañana.

(1946)

 

 


DIONISIO RIDRUEJO. ANTE LA MADRE DE UN CAMARADA MUERTO

(A la señora de Ruiz Vernacci, madre de Joaquín y Enrique).

Vengo sin él; pero su noble carga
pones sobre mis hombros
ahora que unge tu débil mansedumbre
el reproche indecible.

Lo miro con tus ojos. Sí, lo veo;
era el más puro, el solo;
era tan niño como tú lo llevas
de nuevo en las entrañas.

Vengo sin él. Y maternal, sencilla,
generosa, lo buscas
con la ciega esperanza acongojada
sobre mi pensamiento.

Me turba tristemente la riqueza
de que estoy revestido;
Él nutriendo mi fuerza y moribunda
tu sangre en mi palabra.

Su muerte son mis labios: soy su muerte
brava, serena, dulce.
Y su vida también, esa que acoge
la duda en tu sonrisa.

Perdóname si vivo, si se yergue
mi entereza doblada
mientras llena el despojo de tus venas
un cielo resignado.

Perdóname si soy la galería
donde duerme el soldado entre la nieve
y el muro que interpone su dureza
entre su mansedumbre y tu consuelo.

Vengo sin él. ¿Inquieres? ¿Adivinas?
¿Acaricias? ¿Alcanzas?
Y al fin el alma se me extiende, lenta
como un paisaje, a tu dolor de madre.

 


JOSÉ HIERRO. RÉQUIEM

(Cuanto sé de mí, 1957)

Manuel del Río, natural
de España ha fallecido el sábado
11 de mayo, a consecuencia
de un accidente. Su cadáver
está tendido en D'Agostino 5
Funeral Home. Haskell. New Jersey.

Se dirá una misa cantada
a las 9,30, en St. Francis.

Es una historia que comienza
con sol y piedra, y que termina
sobre una mesa, en D'Agostino,
con flores y cirios eléctricos.
Es una historia que comienza
en una orilla del Atlántico.
Continúa en un camarote
de tercera, sobre las olas
-sobre las nubes- de las tierras
sumergidas ante Platón.
Halla en América su término
con una grúa y una clínica,
con una esquela y una misa
cantada, en la iglesia St. Francis.

Al fin y al cabo, cualquier sitio
da lo mismo para morir:
el que se aroma de romero,
el tallado en piedra, o en nieve,
el empapado de petróleo.

Da lo mismo que un cuerpo se haga
piedra, petróleo, nieve, aroma.
Lo doloroso no es morir
acá o allá
Requiem aeternam,
Manuel del Río. Sobre el mármol
en D'Agostino, pastan toros
de España, Manuel, y las flores
(funeral de segunda, caja
que huele a abetos del invierno),
cuarenta dólares. Y han puesto
unas flores artificiales
entre las otras que arrancaron
al jardín... Liberame Domine
de morte aeterna... Cuando mueran
James o Jacob verán las flores
que pagaron Giulio o Manuel...

Ahora descienden a tus cumbres
garras de águila. Dies irae.
Lo doloroso no es morir
Dies illa acá o allá,
sino sin gloria...
Tus abuelos
fecundaron la tierra toda,
la empapaban de la aventura.
Cuando caía un español
se mutilaba el universo.
Los velaban no en D'Agostino
Funeral Home, sino entre hogueras,
entre caballos y armas. Héroes
para siempre. Estatuas de rostro
borrado. Vestidos aún
sus colores de papagayo,
de poder y de fantasía.

Él no ha caído así. No ha muerto
por ninguna locura hermosa.
(Hace mucho que el español
muere de anónimo y cordura,
o en locuras desgarradoras
entre hermanos: cuando acuchilla
pellejos de vino, derrama
sangre fraterna.) Vino un día
porque su tierra es pobre. El mundo
Liberame Domine es patria.
Y ha muerto. No fundó ciudades.
No dio su nombre a un mar. No hizo
más que morir por diecisiete
dólares (él los pensaría
en pesetas). Requiem aeternam.
Y en D'Agostino lo visitan
los polacos, los irlandeses,
los españoles, los que mueren
en el week-end.

Requiem aeternam.
Definitivamente todo
ha terminado. Su cadáver
está tendido en D'Agostino
Funeral Horne. Haskell. New.Jersey.
Se dirá una misa cantada
por su alma.

Me he limitado
a reflejar aquí una esquela
de un periódico de New York.
Objetivamente, sin vuelo
en el verso. Objetivamente.
Un español como millones
de españoles. No he dicho a nadie
que, estuve a punto de llorar.

 


JORGE LUIS BORGES, INSTANTES

Si pudiera vivir
nuevamente mi vida
en la próxima trataría
de cometer más errores.

No intentaría ser tan perfecto
me relajaría más.
Sería más tonto de lo
que he sido, de hecho
tomaría muy pocas
cosas con seriedad.

Sería menos higiénico.
Correría más riesgos,
haría más viajes,
contemplaría más atardeceres,
subiría más montañas,
nadaría más ríos.

Iría a lugares adonde
nunca he ido, comería más
helados y menos habas,
tendría más problemas reales
y menos imaginarios.

Yo fui una de esas personas que vivio sensata y prolifícamente cada minuto de su vida, claro que tuve momentos de alegría.

Pero si pudiera volver atrás, trataría de tener sólo buenos momentos.

Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, sólo de momentos, no pierdas el ahora.

Yo era uno de esos que nunca iban a ninguna parte sin un termómetro, una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaidas; si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.

Si pudiera volver a vivir comenzaría a andar descalzo a principios de la primavera y seguiría así hasta concluir el otoño.

Daría más vueltas en calesita, contemplaría más amaneceres y jugaría con má niños si tuviera otra vez la vida por delante.

Pero ya ven, tengo 85 años y sé que me estoy muriendo.

 


 

COLECTIVO NO VIOLENCIA Y EDUCACIÓN.

¡Eh, amigo! Tú leer aquí.

 

Querido cabeza rapada:

Yo escribirte con palabras fáciles para que tu poder comprender. Yo leer en periódico que tu ser "bestia", pero yo no creer. Yo creer que tu ser ignorante e ignornacia ser grande problema para todos, también para mí, porque ignorante ser persona débil y persona débil tener miedo. Y el que tener miedo ser persona que hacerse agresiva y hacer "bonk" con bastón sobre cabeza de pobre hombre.

Yo querer decir esto: si tú pegar a un pobre hombre, tú no demostrar tu fuerza; tú demostrar tu debilidad y estupidez, porque su cabeza rota no resolver tu problema.

Tu problema ser que tú vivir en suburbio de mierda, sin trabajo o con trabajo de mierda. Tu problema ser que tú ser última rueda del carro. Y por eso, tú querer volverte fuerte y tú tener razón. Pero nadie se vuelve fuerte pegando (cuarenta contra dos) a dos personas débiles. Si tú querer ser fuerte, tú dber rebelarte a tu debilidad, tú deber pensar. En tu cráneo afeitado, haber cerebro. Tu cerebro necesita alimento, como tu estomago. Tú entonces intentar "hablar", "leer", y preguntarte porque tú vivir vida de mierda. Esto es cultura. Y cultura ser fuerza para mejorar a las personas.

Yo saber: leer es muy cansado, pensar ser aún más cansado. Mucho más cansado que gritar "negro de mierda" o "sucio judío". Gritar gilipolleces ser muy fácil. Todos ser capaces de insultar y odiar.

A mí no me importa nada si tú afeitar cráneo o llevar botas militares; por mí tú poder ponerte alcachofas de sombrero y tatuar tus nalgas. A mí importar que tú respetar a tí mismo. Tu cerebro y tu dignidad. Así, tal vez, tú aprender también a respetar a otras personas.

Si tú gritar "sucio judío", tú debes saber por lo menos qué es ser judío. Y si tú saber que ser judío, tú probar a preguntarte que tal si quemasen en hornos a tu madre, tu padre, tus hermanos, tus amigos, a tí mismo. Si tú empezar a hacer preguntas, tú empezar a vencer. Preguntas ser como llave de coche. Basta una para encender el motor y llegar lejos.

Yo muy preocupado por tí (y también por las cabezas de los que quieres pegar). Yo preocupado porque el poder, cuando ver personas ignorantes, hace dos cosas: meterte en la cárcel (y cárcel ser como un inmenso "bonk" sobre tu cabeza). O bien servirse de tí como esclavo, mandarte a pegar, torturar y quemar a otros, mientras él vive en buena casa, con buen coche y buena tía. ¿Tú querer ser libre?. Mantiene tu cráneo afeitado, pero aprende a amar tu cerebro. La fuerza y el poder habitar ahí: dentro del coco, no sobre el coco. Ciao.

 

 


 

VICTOR JARA. EL DERECHO DE VIVIR EN PAZ

 

El derecho de vivir
poeta Ho Chi Minh
que golpea de Vietnam
a toda la humanidad.
Ningún cañón borrará.
El surco de tu arrozal
el derecho de vivir en paz.

Indochina es el lugar
más allá del ancho mar
donde revientan la flor
con genocidio y napalm.
La Luna es una explosión
que funde todo el clamor
el derecho de vivir en paz.

Tio Ho, nuestra canción
es fuego de puro amor
es palomo palomar
olivo del olivar
es el canto universal
cadena que hará triunfar
el derecho de vivir en paz.

 


VICTOR JARA. LUCHIN

 

Frágil como un volantín
en los techos de barrancas
jugaba el niño Luchín
con sus manitos moradas.

Con la pelota de trapo
con el gato y con el perro
el caballo lo miraba.

En el agua de sus ojos
se bañaba el verde claro
gateaba su corta edad
con el potito embarrado.
El caballo era otro juego
en aquel pequeño espacio
y al animal, parecía
le gustaba ese trabajo.

que come tierra y gusanos
abramos todas las jaulas
pa que vuelen los pájaros.

Con la pelota de trapo
con el gato y con el perro
y también con el caballo.

 


GRUPO DE TRABAJO EDUCAR POR UNA CULTURA DE PAZ
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