Para
comenzar hablaremos del abandono. En los últimos años
se ha perdido un gran número de vecinos en la zona y mantiene
en muchos de sus rincones un aspecto de ruina y abandono más
propio de sus orígenes medievales, que del siglo XXI. La prueba
es fácil de hacer, tan sólo hay que pasear por calles
como la de Salinas, que pese a estar muy cerca de la calle Caballeros,
una de las arterías principales del barrio, se encuentra en
una situación deplorable: muchos de sus edificios están
prácticamente en ruinas y se hace difícil pasear por
ella, por la gran cantidad de excrementos de perro que hay en el suelo.
Este es un ejemplo de que una calle con valor histórico como
ésta, por haber en ella una parte de la antigua muralla de
la ciudad, se encuentra en una situación tan deplorable que
prácticamente nadie, ni siquiera los habitantes de la ciudad
de Valencia, saben que allí existe un monumento como ese.
Pero
la acumulación de basura y las malas olores están
presentes en todo el barrio, y llegan a ser más preocupantes
durante los fines de semana por la gran cantidad de gente, que acude
a la zona, en busca de fiesta.
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