EL PESO DE LA CULPA

Esta vez el detective Lynley se desplaza hacia:

 Derbyshire

 

La casa de los Maiden está en el Distrito de los Picos, una zona que abarca de Manchester a Sheffield, y de Stone-on-Trent a Derby. 

 

Los Picos es también una zona salvaje y peligrosa para los excursionistas:

Vastos páramos habitados solo por ovejas, canteras abandonadas reclamadas por la naturaleza, riscos de piedra arenisca que se iban desintegrando, fortalezas prehistóricas de piedra derruida. Había centenares de cuevas de piedra arenisca donde quedar atrapado, minas de cobre que podían derrumbarse, montículos de piedras con los que un excursionista desprevenido podía partirse el tobillo, crestas de piedra arenisca desde las que un escalador podía caer y permanecer perdido durante días o semanas.

Los cuerpos de las víctimas son encontrados en Calder Moor, un lugar ficticio, en concreto en Nine Sisters Henge: un recinto neolítico que rodeaba nueve monolitos erectos de diversas alturas. Reunidos unos tres mil quinientos años antes de Cristo, el recinto y los monolitos señalaban un lugar donde el hombre prehistórico había celebrado sus rituales. En la época de su uso, el recinto se había alzado a plena vista, en un terreno despojado de sus robles y alisos naturales. Ahora, sin embargo, estaba oculto, enterrado en el interior de un espeso bosque de abedules, una intrusión moderna en el páramo resultante. 

Cobra especial relevancia en la narración la mansión de Broughton Manor:

El hogar de los Britton, Broughton Manor, se encontraba a mitad de un saliente de piedra caliza, a solo tres kilómetros al sudeste del pueblo de Bakewell. Encarado hacia el oeste, dominaba el río Wye, que en este punto del valle describía una plácida curva a través de un prado erizado de robles, donde pastaba un rebaño de ovejas. Desde lejos, el edificio no parecía una mansión -que sin duda otrora había sido el centro de una finca floreciente-, sino una fortificación impresionante. De piedra teñida de gris a causa de los líquenes, el caserón comprendía torres, almenas y murallas que se alzaban a la altura de casi cuatro metros, antes de dar paso a una serie de estrechas ventanas. El aspecto de la mansión sugería longevidad y fortaleza, combinadas con la voluntad y la capacidad de sobrevivir a todo , desde las vicisitudes del clima hasta los caprichos de la familia que la poseía.

Para la descripción de la casa, Elizabeth George utilizó como modelo la mansión de Haddon Hall, que también se encuentra en Derbyshire:

          

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