Biografía del P.Guillermo José Chaminade

Introducción. Un profeta en tiempos de cambio (1761-1850)
Cuando un cristiano no se desconcierta o encierra en medio de la crisis, sino que trata de ser fiel en ella a su fe, y a la vez salir renovado, como entreviendo una nueva etapa, abriéndose al futuro, es que entiende la fe como una vocación de progreso. Cuando esa crisis se llama Revolución francesa, y ese cristiano es un sacerdote de Burdeos, llamado Guillermo José Chaminade, tenemos ante nosotros una creación eclesial original y compleja: la "Familia Marianista", basada en uno de los primeros movimientos modernos de apostolado seglar (La Congregación de la Inmaculada. 1800), y en dos congregaciones religiosas: las "Hijas de María Inmaculada" (1816), y la "Compañía de María" (1817).
Las raíces. El primer río, el Isle, que une Perigueux y Mussidan
Segundo acto. El río Garona en Burdeos, y el Ebro en Zaragoza.
En 1797, con los jacobinos de nuevo en el poder, recibe la orden del destierro. Se encamina a Zaragoza, a donde llega la víspera del día del Pilar. Le impresiona, en contraste con lo que se vive en Francia, el ambiente popular de celebración de la fe. Otra vez, un río, el Ebro, que según la tradición, fue testigo de cómo María junto a la orilla animaba la fe de la Iglesia naciente… Chaminade pasa en Zaragoza tres años exiliado. Muchas horas trabajando en la artesanía para poder vivir, otras dialogando con sacerdotes franceses exiliados como él, y otras orando en la Santa Capilla del Pilar. Años que tuvieron que ser decisivos en la "conversión misionera" de Chaminade, en las "nuevas estrategias, o nuevas luchas" que requería la fe tras la revolución. "Nova Bella elegit Dominus" decía él. María está señalando que hace falta una nueva manera de trabajar y de misión. Desde entonces la figura de María, en su advocación del Pilar será muy querida por la Familia Marianista, y ésta la extenderá por todas partes. Como Ella en la columna, "fuertes en la fe", portando a Jesús, convocando una gran comunidad misionera al servicio de la fe en el mundo.
Un precursor de los movimientos de apostolado seglar
Guillermo José Chaminade regresa a Francia en 1800. Desde entonces, hasta su muerte en 1850, toda su historia va a ser el desarrollo progresivo y a la vez complejo, de esa nueva manera de concebir la evangelización y la iglesia, que ha madurado en él. Al revés que muchos fundadores, lo primero que hace es trabajar con los seglares. Nada más llegar funda la "Congregación de la Inmaculada", primero con los jóvenes, después con adultos, hombres y mujeres, con los que quiere formar verdaderas comunidades de fe y de misión en la diócesis. Las reuniones y celebraciones en la Iglesia de La Magdalena, en pleno centro de la ciudad (que hoy sigue siendo la iglesia marianista de Burdeos), tienen un gran impacto por el nuevo estilo de trabajo eclesial con la juventud. Todos los grupos sociales están representados. Y al comprometerse, lo hacen con una "consagración misionera", haciendo alianza con María, para hacer lo que Jesús nos diga. Este sentido mariano y misionero será el que marque la espiritualidad de la familia…Será un sello original del carisma.
Una Vida consagrada con acentos nuevos
Pero a los pocos años, es Adela misma, junto con algunas amigas, la que va a dar un primer paso nuevo en la naciente familia marianista, y fundar una congregación religiosa en colaboración con Chaminade. El 25 de Mayo de 1816 nacen en Agen las "Hijas de María Inmaculada" (FMI). Un año más tarde, es un joven congregante seglar, Juan Bautista Lalanne, el que se pone a disposición del fundador para la misma aventura. El 2 de Octubre de 1817, en la finca de San Lorenzo, de Burdeos, los siete primeros marianistas, deciden fundar una comunidad. Ha nacido la "Compañía de María" (SM). Se trata de una congregación original en su estructura pues reúne a sacerdotes y laicos en pie de igualdad. Es la "Composición mixta", que representará en la Iglesia un modelo nuevo de congregaciones religiosas "mixtas", ni clericales ni laicales. Esta estructura, tal como la encarnó la SM, fue al principio difícilmente aceptada por la misma Santa Sede. Sin embargo la Compañía de María la tiene como uno de sus mayores tesoros, pues supone un modelo integrador y original en la Vida Religiosa masculina.
La Familia Marianista hoy
Guillermo José Chaminade y Adela de Trenquelléon, fundadores de la Familia marianista, dejaron tras de sí una estela profunda en la comunidad eclesial. El río de vida que ellos recorrieron llegó al mar, pero desde ahí se expandió su carisma por el mundo. Su espíritu continua vivo en muchos hombres y mujeres, que en más de treinta países del mundo forman parte de los dos Institutos religiosos, la Compañía de María y las hijas de María, y de las Comunidades Laicas Marianistas, movimiento seglar heredero de la Congregación de la Inmaculada. Queriendo tener a Cristo como centro de la vida, quieren vivir de la fe, formados por María, y comprometidos en una comunidad de misión. Ese es el carisma marianista, don de Dios a la Iglesia, y testimonio de que hoy como ayer también es posible vivir en toda su profundidad y alegría el Evangelio de Jesús.
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