La
danza se desarrolla cuando el enamorado al conversar con la escogida
empieza a tirarle piedritas en señal de cariño, la hilandera deja de
hilar y con los pies va haciendo hoyitos que va tapando mientras conversa
con el pretendiente. De pronto aparece el bravo, se dice del guapo que
pelea con machete al grito de “ñaja” o “ñija”, el retador incita
a la pelea, arrastrando el poncho en señal que quiere pelea. Como
distintivo lleva una especie de rulo que le cuelga en la frente, llamado
“toro”. La pelea es a muerte. Al caer uno se le arranca la lengua y
bebe la sangre, volteando el cadáver, según dicen, para que el
victimario no sea atrapado por nadie. Por otro lado, los deudos, se
colocan en dos filas y empiezan a saltar encima y por los costados del cadáver,
luego le ponen una moneda de plata en cada ojo y le amarran los pies, para
que el criminal no vea, se extravíe en el monte y no pueda escapar y sea
atrapado por la justicia.
Ella
va vestida con blusa blanca y falda negra, lleva poncho y una especie de
pañoleta que se acomoda hacia delante. Lleva un instrumento para hilar.
Él usa sombrero, camisa de color claro, blanco de preferencia, poncho,
pantalón negro y lleva correa y una funda con machete.
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