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EL
ORIGEN DE LA INTELIGENCIA
EMOCIONAL |
Por:
Abel Cortese www.inteligencia-emocional.org info@inteligencia-emocional.org
El Lic. Cortese es escritor,
publicista y el principal investigador de Inteligencia
Emocional en Argentina. Instructor de los Talleres prácticos
de "Entrenamiento en Inteligencia Emocional" y de los
Seminarios in company "La Inteligencia Emocional en el trabajo
y en la empresa". Presidente de la 'Asociación Para el
Desarrollo de la Inteligencia Emocional'. Consultor externo.
Publicista. Escritor e investigador. Instructor de la materia
"Inteligencia Emocional en el Servicio Total al Cliente" en el
Centro de Estudios Buenos Aires. Autor de los cursos
multimedia para Competir.com. Director del portal Inteligencia-emocional.org | |
El término Inteligencia Emocional se refiere a la capacidad humana de sentir, entender, controlar y modificar
estados emocionales en uno mismo y en los demás. Inteligencia
emocional no es ahogar las emociones, sino dirigirlas y
equilibrarlas.
El concepto de Inteligencia Emocional, aunque
esté de actualidad, tiene a nuestro parecer un claro precursor en el
concepto de Inteligencia Social del psicólogo Edward Thorndike (1920) quien la definió como
"la habilidad para comprender y dirigir a los hombres y mujeres, muchachos
y muchachas, y actuar sabiamente en las relaciones
humanas".
Para Thorndike, además de la inteligencia social,
existen también otros dos tipos de inteligencias: la abstracta –habilidad
para manejar ideas- y la mecánica- habilidad para entender y manejar
objetos-.
Un ilustre antecedente cercano de la Inteligencia
Emocional lo constituye la teoría de ‘las inteligencias múltiples’ del
Dr. Howard Gardner, de la Universidad de
Harvard, quien plantea ("Frames of Mind", 1983) que las personas
tenemos 7 tipos de inteligencia que nos relacionan con el mundo. A grandes
rasgos, estas inteligencias son:
Inteligencia
Lingüística: Es la inteligencia relacionada con nuestra
capacidad verbal, con el lenguaje y con las palabras. Inteligencia Lógica: Tiene que ver con el
desarrollo de pensamiento abstracto, con la precisión y la organización a
través de pautas o secuencias. Inteligencia Musical: Se relaciona directamente
con las habilidades musicales y ritmos. Inteligencia Visual - Espacial: La capacidad para
integrar elementos, percibirlos y ordenarlos en el espacio, y poder
establecer relaciones de tipo metafórico entre ellos. Inteligencia Kinestésica: Abarca todo lo
relacionado con el movimiento tanto corporal como el de los objetos, y los
reflejos. Inteligencia
Interpersonal: Implica la capacidad de establecer relaciones
con otras personas. Inteligencia
Intrapersonal: Se refiere al conocimiento de uno mismo y todos
los procesos relacionados, como autoconfianza y
automotivación.
Esta teoría introdujo dos tipos de inteligencias muy
relacionadas con la competencia social, y hasta cierto punto emocional: la
Inteligencia Interpersonal y la Inteligencia Intrapersonal. Gardner
definió a ambas como sigue:
"La Inteligencia
Interpersonal se construye a partir de una capacidad nuclear para sentir
distinciones entre los demás: en particular, contrastes en sus estados de
ánimo, temperamentos, motivaciones e intenciones. En formas más avanzadas,
esta inteligencia permite a un adulto hábil leer las intenciones y deseos
de los demás, aunque se hayan ocultado... "
Y a la
Inteligencia Intrapersonal como "el conocimiento de
los aspectos internos de una persona: el acceso a la propia vida
emocional, a la propia gama de sentimientos, la capacidad de efectuar
discriminaciones entre las emociones y finalmente ponerles un nombre y
recurrir a ellas como un medio de interpretar y orientar la propia
conducta..."
LA APARICIÓN
DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL
En 1990, dos
psicólogos norteamericanos, el Dr. Peter
Salovey y el Dr. John Mayer,
acuñaron un término cuya fama futura era difícil de imaginar. Ese término
es ‘inteligencia emocional’.
Hoy, a casi diez años de esa
‘presentación en sociedad’, pocas personas de los ambientes culturales,
académicos o empresariales ignoran el término o su significado. Y esto se
debe, fundamentalmente, al trabajo de Daniel
Goleman, investigador y periodista del New York Times, quien
llevó el tema al centro de la atención en todo el mundo, a través de su
obra ‘La Inteligencia Emocional’ (1995).
El nuevo concepto,
investigado a fondo en esta obra y en otras que se sucedieron con
vertiginosa rapidez, irrumpe con inusitado vigor y hace tambalear las
categorías establecidas a propósito de interpretar la conducta humana (y
por ende de las ciencias) que durante siglos se han dedicado a
desentrañarla: llámense Psicología, Educación, Sociología, Antropología, u
otras.
Notas, fuentes y recursos |
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