A
UNA SEMANA DEL FIN DE LA REGULARIZACION DE LOS "SIN PAPELES"
Detienen,
maltratan y expulsan a cinco turistas argentinos en España
Era
la primera vez que viajaban a ese país y no eran ilegales. Estuvieron
horas sin comer ni beber y recibieron burlas de la policía. La
excusa fue la falta de dinero suficiente o una carta de invitación.
Juan
Carlos Algañaraz. MADRID CORRESPONSAL
jcalganaraz@clarin.com
Cinco
ciudadanos argentinos a quienes se le rechazó el ingreso en España
fueron objeto en el aeropuerto de Barcelona de tratos verbales vejatorios,
intentaron transportarlos junto con un delincuente mentalmente perturbado,
durante horas no comieron ni pudieron beber agua, e incluso se les impidió
su entrada legal aún cuando los familiares de uno de ellos completó
la documentación que exigía la Policía. Los argentinos
fueron embarcados en un vuelo que partió a medianoche y llega hoy
a Buenos Aires.
Los
rechazados fueron Damaris Vivian Abalo (41), Aldana Ferrario (19), de
Córdoba; Maximiliano Irfran (29), Soledad Moschen (22) y Federico
Goitia (29). Todos llegaron a Madrid donde se los dejó pasar rumbo
a Barcelona. Allí, después de ser rechazados por la policía
española volvieron a Madrid, aunque otro argentino, llamado Sebastián,
permaneció en la capital catalana, desde donde será enviado
mañana a Turquía. Hace apenas una semana, en España
terminó el proceso de regularización de inmigrantes.
El
consulado argentino en Madrid informó a Clarín que se produjeron
varios contactos con las autoridades policiales para averiguar la situación
de los compatriotas. Un alto funcionario consular se presentó en
la "Sala de rechazados" del aeropuerto madrileño y dialogó
con los cinco argentinos para asistirlos.
Damaris
Vivian Abalo ha vivido una pesadilla. "Vine a la boda de mi hija
Daniele, que se casa en Barcelona. No hubo problemas en Madrid pero al
llegar a Barcelona me apartó la Policía y me preguntaron,
con muy mal tono, a qué venía. Me dijeron que traía
poco dinero y sin la invitación legalizada ante un escribano público",
explicó a Clarín.
La
mujer contó que pudo hablar con su hija, quien gestionó
ante un escribano la invitación y llegó al aeropuerto con
más dinero. "Ahora ya es tarde", les dijo un policía.
"Era falso, porque estuve horas esperando hasta volver a Madrid",
añadió.
Diego
Arcos, presidente del Casal Argentino en Cataluña denunció
a Clarín "la situación, completamente irregular, ya
que la hija de nuestra compatriota completó todos los documentos
y el dinero que le pedía la policía a su madre e igual no
la dejaron entrar. Hay una actitud de total hostilidad", señaló.
"De acuerdo a los testimonios de los cinco argentinos, en todo momento
se los trató con total desconsideración. Los funcionarios
de la Policía se burlaban de ellos haciendo comentarios y riéndose
de la situación de estas personas. ¿Algún español
se ha visto tratado así en Argentina?", dijo Arcos.
Damaris
no puede evitar el llanto cuando recuerda que "sabía que mi
hija, a quién no veo hace tres años, estaba del otro lado
de una pared porque escuchaba sus sollozos y también los del que
va a ser pronto su marido. Era terrible no poder verla y abrazarla. Nos
trataron como a delincuentes. Se pueden cumplir todos los trámites
que hagan falta pero no es posible una humillante falta de respeto",
agregó.
Maximiliano
Ifran recuerda que "me hicieron un interrogatorio donde lo menos
que me dijeron fue mentiroso. Se hacían chistes entre ellos sin
tener en cuenta la angustia que se siente en esos momentos. Era la primera
vez que veníamos a España. ¿Como íbamos a
esperar que nos tratarían de esa manera?"
"Estuvimos
esperando durante horas en Barcelona. No nos dieron de comer y tampoco
agua. Me decían que fuera al baño y después, riéndose,
me explicaban que no sabían si el agua era potable. Estuvimos siempre
con la misma ropa", dice la cordobesa Aldana Ferrario. "Les
expliqué que venía a estar con mi hermana, que reside en
Barcelona, y me dijeron que mentía en un tono sobrador, tomándome
el pelo. Además de la falta de respeto, los comentarios fuera de
lugar entre los policías, me tuvieron tres horas sola en una habitación.
Les pedí que me dejaran hablar con mi hermana y dijeron que no
tenían teléfono. Después descubrí que había
un teléfono público. Todo era así, hostil, como si
fuéramos delincuentes", contó.
Federico
Goitia recuerda una experiencia que los conmovió profundamente.
"Por la noche nos llevaron en patrulleros hasta el avión.
Nos pusieron junto con un muchacho chileno totalmente perturbado que contaba,
como una hazaña, que había estado preso dos años
por robo y que también tenía antecedentes penales en Chile.
Nos sugirió nos escapáramos atacando a los guardias. Pedimos,
golpeando las puertas, que nos separaran de esta persona. Lo subieron
al avión, donde parece que armó tal lío que el comandante
se negó a despegar si no lo bajaban y la policía tuvo que
hacerlo".
Soledad
Moschen estaba profundamente deprimida por su situación y la mala
manera en que fue tratada. "Vine a estar con mi hermana, que espera
un bebé para dentro de un mes. Traía regalos y golosinas
de la familia y poco equipaje para mí. Le di la dirección
de mi hermana pero no paraban de tratarme de mentirosa. 'Con esta historietita
te vuelves a Argentina', me dijeron".
En
la noche del jueves viajaron a Madrid, donde se repitieron los malos tratos
verbales. No hubo comida hasta ayer y tuvieron que dormir sin mantas.
Después tuvieron que esperar todo el día, con versiones
contradictorias sobre cuándo iban a poder volver a Argentina. Lo
hicieron anoche.
Clarin, 14 de mayo de 2005
Los
argentinos rechazados en Barcelona "Nos trataron muy mal"
CORDOBA
(De nuestro corresponsal).- Aldana Ferrario, la chica cordobesa de 19
años que junto a otros cuatro ciudadanos argentinos no pudo ingresar
en España por "falta de dinero suficiente" o "una
carta de invitación", regresó anteayer a esta ciudad
y dijo sentirse "humillada" por el trato que recibió
en aquel país.
Los
cinco argentinos fueron detenidos en el aeropuerto de Barcelona por la
policía española y, antes de poder regresar a la Argentina,
permanecieron tres días privados de su libertad en dependencias
aeroportuarias.
"Me
sentí humillada. En todo momento nos decían «sudacas».
Nos trataron muy mal. No nos dieron de comer ni tampoco agua. Me decían
que fuera al baño y después, riéndose, me explicaban
que no sabían si el agua era potable", relató Aldana
al llegar al aeropuerto internacional Ambrosio Taravella de esta ciudad.
"Les
expliqué que viajaba para estar con mi hermana, que reside en Barcelona,
y me dijeron que mentía en un tono sobrador, tomándome el
pelo. Además de la falta de respeto y de los comentarios fuera
de lugar entre los policías, me tuvieron tres horas sola en una
habitación", agregó.
Su
madre, en tanto, explicó que la próxima vez que Aldana viaje,
su hermana, residente legal en España, deberá cursarle una
invitación formal, ya que las exigencias españolas para
aceptar a un viajero como turista incluyen la obligación de acreditar
medios "suficientes" para su manutención y, en caso de
alojarse en casa de amigos o familiares, una "carta de invitación",
avalada por escribano español, en la que la persona en cuestión
asume responsabilidad por el visitante.
Madrid
reforzó los controles fronterizos tras la finalización,
el pasado 7 de mayo, del blanqueo masivo de inmigrantes ilegales.
La
Nacion, 6 de mayo de 2005 |