Universidad del Táchira.

 

EL ESPACIO DE LOS FLUJOS DE INFORMACION EN LAS CIUDADES

Nuñez Maldonado, Elcy Yudit

RESUMEN
Se reflexiona sobre el impacto de las tecnologías de información en el espacio de las ciudades partiendo de la premisa que, en teoría social, este espacio se define haciendo referencia a los procesos sociales. Con el impulso de las telecomunicaciones, el fenómeno de la globalización produce cambios, nuevos procesos sociales que traspasan las barreras locales, nacionales, creando nuevos paradigmas en el rol de las ciudades: ser epicentros del movimiento de la economía global que compiten por insertarse ventajosamente en los nuevos circuitos de producción e intercambios, convirtiéndose en centros del poder el del conocimiento y la información sin importar su localización geográfica pero conectada informacionalmente. La tradicional teoría de la localización queda reducida al concebirse el trabajo a distancia movido por las tecnologías de información, en donde el lugar de trabajo aparece segmentado en partículas, pero agregados vías red de la información. En suma, la vertiginosa telemática está brechando un nuevo proceso social: el espacio de los flujos de información como prácticas sociales que dominan y conforman la sociedad red pero que orientan el destino de cada localidad urbana.

PALABRAS CLAVES
Ciudades; espacio de los flujos; tecnologías de la información.
Sociólogos urbanos han coincidido en considerar la ciudad como un complejo sistema dinámico en el cual las formas espaciales y los procesos sociales se encuentran en una continua interacción, más que considerarla como la respuesta unívoca de uno de ellos sobre el otro ( Castell, 1975; Harvey, 1979). Funciones, actividades, medios de trabajo, individuos y grupos, etc... se organizan de acuerdo a una lógica espacial que determinan su lectura en una estructura espacial producto de su implantación; tales manifestaciones configuran los elementos del sistema urbano siguiente:
P: Producción o espacio de producción (industria) C: Consumo o espacio de consumo (vivienda)
1: Intercambio o vinculación material (Transporte, vías de circulación)
G: Gestión o proceso de regulación de la relación entre los anteriores elementos (Intervención de organismos públicos)
Además de la dimensión cultural, compuesta por la simbólica y centralidad urbana.
Estos elementos no son elementos simples sino procesos sociales, es decir, intervenciones de agentes sociales sobre elementos materiales, que encuentran su expresión física en los conglomerados urbanos, de acuerdo a sus características.
El espacio urbano no es una hoja en blanco sino "un producto material en relación con otros elementos materiales, entre ellos los hombres, los cuales contraen determinadas relaciones sociales, que dan al espacio (y a los otros elementos de la combinación) una forma, una función, una significación social." (Castelí, 1985:141)
En el mundo cambiante de hoy, impulsado por la influencia de las tecnologías de la información en las diversas manifestaciones de la humanidad, engendrando la Economía Digital (Tapscott, 1997), la Cibersociedad (Joyanes, 1997), la Era de la Sociedad en Red (Castell, 1997), la era de la sociedad informacional, cuyo poderío se centra en la atención al conocimiento, parece ser de impacto crucial para la consideración de la tendencia bajo un nuevo proceso espacial: el espacio de los flujos (Castell, 1997), y su influencia en las ciudades, en sus formas espaciales, el cual se está convirtiendo en la manifestación espacial dominante del poder y la función en nuestras sociedades.
En la imperancia de una sociedad digitalizada, conectada en red, especialmente vía INTERNET, se interconectan las relaciones de los seres humanos y se aproximan, cada vez, con menos barreras, las empresas grandes, medianas y pequeñas en un escenario común altamente competitivo, trascendiendo los límites fronterizos, locales y nacionales, emergiendo la era de la globalización y la interdependencia. En este sentido, está surgiendo una readecuación del orden territorial internacional, el cual, influenciado por los cambios profundos de las tecnologías de comunicación y por las nuevas realidades geopolíticas está caracterizado por un renovado protagonismo de las ciudades como epicentro de todos estos procesos."... son ahora los espacios urbanos los que de una manera agresiva y programada compiten por insertarse ventajosamente en los nuevos circuitos de producción e intercambios" (Romero, 1998: 54).
Poco importan las condiciones de localización geográfica sino el desempeño exitoso en un ambiente de agresiva competencia para capitalizar oportunidades, ofrecidas por los flujos de la información y la conexión en red, dada la feroz competencia en que se encuentran involucradas las ciudades, a medida que se desarrollan los mercados emergentes productos de la expansión de la economía global que requiere de otros mercados. Caso representativo es Madrid, hasta 1986, un lugar relativamente atrasado en la economía global, año en el cual "España se unió a la Comunidad Europea, abriéndose por completo en la inversión del capital extranjero en los mercados bursátiles, en las operaciones bancarias y en la adquisición de patrimonio empresarial, así como en propiedades inmobiliarias" (Castell, 1997: 413), compitiendo junto a los centros urbanos tradicionales de nivel superior de la jerarquía: Nueva York, Tokio y Londres, jerarquía de ningún modo asegurada ni estable dentro de la red, ante los flujos globales cambiantes de agresiva competencia para capitalizar oportunidades, ofrecidas por los flujos de la información y la conexión en red, dada la feroz competencia en que se encuentran involucradas las ciudades, a medida que se desarrollan los mercados emergentes productos de la expansión de la economía global que requiere de otros mercados. Caso representativo es Madrid, hasta 1986, un lugar relativamente atrasado en la economía global, año en el cual "España se unió a la Comunidad Europea, abriéndose por completo en la inversión del capital extranjero en los mercados bursátiles, en las operaciones bancarias y en la adquisición de patrimonio empresarial, así como en propiedades inmobiliarias" (Castell, 1997: 413), compitiendo junto a los centros urbanos tradicionales de nivel superior de la jerarquía: Nueva York, Tokio y Londres, jerarquía de ningún modo asegurada ni el poder gravitacional hacia las principales regiones del mundo. "Es este rasgo distintivo de estar conectada globalmente y desconectada localmente, tanto física como socialmente, el que hace de las mega ciudades una nueva forma urbana". (Castell, 1997:438)
El presente cuadro representa el listado de las 13 ciudades que esbozan las características de las mega ciudades.

MEGACIUDADES DEL MUNDO 1992

Fuente: Naciones Unidas, 1992. Tomado de: Castell, Manuel (1997) La Sociedad Red.


Por otra parte, el impacto del desarrollo de la comunicación electrónica y los sistemas de comunicación han facilitado la creciente disociación entre la proximidad espacial y la realización de las funciones de la vida cotidiana:
compras, entretenimiento, salud, educación, servicios públicos, gobierno; pero, la asunción más habitual es el aumento espectacular del trabajo a distancia: El teletrabajo y su influencia en las ciudades, manifestado básicamente en:
disminución del conflicto de transporte, mejoramiento medioambiental, consumo de energía y redistribución de la población (Ortiz, 1997). Surge así un lugar que no es lugar físico, tangible, sino un sitio sin permanencia que puede conformar el hombre, en forma circunstancial o contingente con los equipos y herramientas de la tecnología de la información que le permiten conectarse con su empleador; bajo esta pujante realidad, más difusas se presentan las relaciones de las actividades citadinas, tradicionalmente diferenciadas, basándose en la Carta de Atenas de 1939, entre trabajo y residencia (además de entretenimiento), desagregada también físicamente, e inclusive normativamente, sobre el espacio de las ciudades. La teoría de la localización por razones de proximidad y accesibilidad entre vivienda y trabajo, como procesos sociales y su relación con la forma espacial en cuanto tangible, (Harvey, 1979) parece sugerir su reconceptualización, basada en la dinámica fulgurante del mundo cambiante de hoy.
Gráficamente el concepto tradicional de este proceso, bajo el enfoque de la teoría de la localización, puede representarse así:
Flujos de proximidad y accesibilidad: incide en el ingreso por costos y gastos de transportes.

El individuo que hace de su residencia, de la plaza, del parque, del restaurante o de su vehículo su lugar para trabajar, como un nómada o móvil, se aproxima y accede al mismo mediante la conexión en red con las tecnologías de la información; poco importa la cercanía o contigüidad física; y el acceso no será, precisamente, mediante los medios visibles que dibujan el elemento intercambio del sistema urbano: vías de comunicación, transportes, sino por la vía de la información.
El trabajo manifestado así, no tendrá en modo alguno expresión material y precisa sobre la estructura de la ciudad: su presencia rondará por doquier, se encontrará dispersa, pero agregada en función de la informática.
De allí que la importancia de la interactividad entre los lugares rompe los patrones espaciales de conducta en una red fluida de intercambios que subrayan el surgimiento de una nueva clase de espacio: el espacio de los flujos de la Información en las ciudades.
Dentro de este marco conceptual queda sostenido que la sociedad informacional está construida en torno a flujos: flujos de información, flujos de tecnología, flujos de interacción, pero ellos no son solo elementos de la organización social; si no la expresión de los procesos que dominan nuestra vida económica, política y simbólica, y tales procesos constituyen las prácticas sociales que dominan y conforman la sociedad red: el espacio de los flujos, definido como "la organización material de las prácticas sociales en tiempo compartido que funcionan a través de los tiempo compartido significa prácticas que son
simultáneas en el tiempo y, los flujos, son las secuencias de intercambios e interacciones determinadas y repetitivas que mantienen los actores sociales físicamente inconexos, en las estructuras de la sociedad.
En conclusión, los principales procesos dominantes de nuestra sociedad se articulan en redes que conectan diversos lugares y asignan a cada uno un papel y un peso en una jerarquía de generación de riqueza, procesamiento de la información y creación de poder, que, bajo la óptica de la cibersociedad y el impacto de las telecomunicaciones, condiciona el destino de cada localidad.

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