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Liderazgo e inteligencia
emocional
Los líderes más
efectivos se parecen en un punto crucial: todos tienen un alto grado de
"inteligencia emocional".
¿Cómo se sabe si alguien tiene alta inteligencia
emocional? ¿Cómo reconocerla en uno mismo? Para responder a estas preguntas
analizaremos cada uno de los componentes de la inteligencia emocional:
autoconciencia, autorregulación, motivación, empatía y habilidades sociales.
Evaluar la inteligencia emocional.
Una evaluación correcta de la inteligencia emocional
permite identificar, entrenar y promover a personas que sean posibles
"estrellas" debido a su liderazgo. El principal objetivo consiste en
determinar qué capacidades personales generan un desempeño sobresaliente
dentro de las organizaciones y hasta qué grado lo hacen.
Las investigaciones empiezan a mostrar un estrecho vínculo entre el éxito de
una empresa y la inteligencia emocional de sus líderes.
1) Autoconciencia: ¿Cómo podemos reconocerla?
La autoconciencia significa tener un profundo
entendimiento de nuestras emociones, fortalezas, debilidades, necesidades e
impulsos. Las personas con una fuerte autoconciencia no son demasiado
críticas ni tampoco tienen esperanzas irreales. Más bien, son honestos
consigo mismas y con los demás.
La autoconciencia se extiende al entendimiento que cada persona tiene de sus
valores y metas.
¿Cómo puede uno reconocer la autoconciencia? En primer lugar, ésta se
presenta como la habilidad para evaluarse a sí mismo en forma realista. Las
personas con alta autoconciencia son capaces de hablar en forma abierta y
precisa, aunque no necesariamente de manera efusiva, acerca de sus emociones
y del impacto que éstas tienen en su trabajo. Suelen ser francas al admitir
sus fallas y probablemente contarán su historia con una sonrisa en la cara.
Una de las marcas claves del autoconocimiento es un sentido del humor, que
permite a quien lo posee burlarse de sí mismo. Otra forma como de
identificar a las personas autoconscientes es por la confianza en sí mismas.
Tienen una fuerte comprensión de sus capacidades y también saben cuándo
pedir ayuda. Los riesgos que toman en su trabajo son calculados. Nunca
aceptarán un reto que saben que no pueden manejar solos. Ellos juegan al
nivel de sus propias capacidades.
2) Autorregulación: ¿Por qué es tan importante para
los líderes?
La autorregulación -que se asemeja a una
conversación interna continuada-, es el componente de la inteligencia
emocional que nos libera de ser prisioneros de nuestros sentimientos.
Quienes están comprometidos con esta conversación sienten -como cualquiera-
mal humor e impulsos emocionales, pero encuentran la manera de controlarlos
y canalizarlos en forma útil.
¿Por qué es tan importante la autorregulación para los líderes? En primer
lugar, las personas que controlan sus impulsos son razonables y capaces de
crear un ambiente de confianza y equidad. De esta manera, quienes poseen
talento se congregan en la organización; es decir, generan un efecto
multiplicador hacia abajo. Cuanto menos mal humor haya en los altos niveles,
menos mal humor habrá en toda la organización.
Segundo, la autorregulación es muy importante por razones competitivas.
Todos sabemos que en la actualidad los negocios están llenos de ambigüedad y
cambio y quienes logran dominar sus emociones logran manejarlos. Entonces,
cuando se anuncia un nuevo programa, esto no significa entrar en pánico. Por
el contrario, es posible suspender los juicios y empezar a buscar
información y escuchar a los ejecutivos que explican el nuevo programa.
Los indicadores de la autorregulación emocional no son difíciles de
detectar: propensión a la reflexión, conformidad con la ambigüedad y el
cambio, integridad y habilidad para decir no a los instintos impulsivos.
3) Motivación ¿hacia el
logro o por recompensas externas?
Si hay una cualidad que casi todos los líderes poseen es la motivación. Los
líderes son impulsados a alcanzar logros por encima de las expectativas
propias y las de los demás. La palabra clave aquí es "lograr". Mientras
algunos son motivados por factores externos -como un salario alto, el status
resultante de una posición con un título llamativo, o formar parte de una
empresa prestigiosa-, quienes tienen potencial para ser líderes se motivan
por un deseo de tener logros, por el sólo hecho de alcanzarlos.
¿Cómo distinguir entre los primeros y los segundos? Las dos cualidades
comunes de las personas que están orientadas al logro son las siguientes:
siempre quieren incrementar su nivel de desempeño y siempre quieren tener
registros de ese nivel. Esto se traduce en que uscan desafíos creativos, les
encanta aprender y se enorgullecen del trabajo bien hecho.
También despliegan una incansable energía para hacer mejor las cosas.
Son muy persistentes con cuestionamientos acerca de por qué las cosas se
hacen de una forma y no de la otra; y están ansiosas por explorar nuevos
enfoques en su trabajo.
4) Empatía, una dimensión fácil de distinguir.
La empatía significa considerar los sentimientos de los empleados en el
proceso de tomar decisiones inteligentes.
Como componente del liderazgo, la empatía es particularmente importante en
la actualidad, por lo menos debido a tres razones: el creciente uso de
equipos de trabajo, la velocidad de la globalización y la necesidad de
retener el talento, particularmente en la economía actual de la información.
Los líderes siempre han necesitado la empatía para desarrollar y retener a
la gente buena, pero ahora lo que está en juego es más importante: cuando
las personas excelentes se marchan, se llevan el conocimiento de la compañía
con ellas.
5) Habilidad social, una capacidad clave de
liderazgo.
Como componente de la inteligencia emocional, las
habilidades sociales no son tan sencillas como parecen. No es sólo una
cuestión de ser amistoso.
Por el contrario, la habilidad social es amistad con un propósito: conducir
a las personas hacia la dirección que se desee, ya sea un acuerdo para una
nueva estrategia de marketing o entusiasmo frente a un nuevo producto.
Las personas con habilidades sociales tienden a tener un amplio círculo de
conocidos y tienen un don para encontrar cosas en común con personas de todo
tipo. En otras palabras, un don para despertar simpatía. Esto no quiere
decir que socialicen continuamente. Significa que trabajan conforme a la
suposición de que nada importante se puede hacer solo. Estas personas tienen
una red de conocidos lista para ser activada cuando es necesario.
Las personas con habilidades sociales pueden reconocerse fácilmente en el
trabajo: son adeptas al manejo de equipos de trabajo y expertas en
persuasión. Dadas estas habilidades, quienes son buenos para persuadir saben
cuándo deben hacer una súplica emotiva y cuándo funcionará mejor un llamado
a la razón. La motivación, cuando es visible públicamente, hace de estas
personas excelentes colaboradores: su pasión por el trabajo se expande a los
otros y éstos se ven impulsados a buscar soluciones.
¿La habilidad social está considerada una capacidad clave de liderazgo en
las empresas? Sí, en especial cuando se compara con otros componentes de la
inteligencia emocional. La gente parece saber intuitivamente que los líderes
necesitan manejar relaciones de manera efectiva. Ningún líder es una isla.
Después de todo, la labor de éste es la de hacer el trabajo con la ayuda de
otras personas y las habilidades sociales permiten que los líderes pongan a
trabajar su inteligencia emocional.

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