En lo que a mi práctica respecta, apoyé el programa presidencial de la red6 de Solidaridad Social. Mi trabajo consistió en coordinar la mesa departamental de solidaridad y las mesas sectoriales de salud, educación, vivienda y empleo. También hice seguimiento a los proyectos de los siguientes programas:
- Mejoramiento integral de la vivienda urbana y su entorno
- Vivir mejor (vivienda rural)
- Programa de generación de empleo urbano (PGE)
- Programa de generación de empleo rural (PGE rural)
Al momento de llegar, estas actividades las llevaba a cabo la secretaría de planeación departamental, por encargo del gobernador. Según el reglamento operativo de la red, los integrantes de la gerencia colegiada (el gobernador, los alcaldes de los municipios, representantes de la comunidad, de las ONG, de las entidades ejecutoras, las iglesias y otros organizaciones civiles) eran los encargados de la gestión de cada programa. Pero, como todas esas personas tenían casi todo el tiempo copado de actividades, lo normal era que se delegara en una institución que tuviera una visión general de los problemas del departamento. En la mayoría de los departamentos del país le correspondió a la delegación del PNR, pero en el Guainía ésta no existía. Sólo hasta el mes de marzo del 95 se oficializó el nombramiento del delegado, y nos correspondió, a mi compañera de Opción y a mí, colaborar con la organización de la nueva delegación y hacer las veces de secretaria y mensajero, mientras se nombraban los correspondientes.De todas maneras, el trabajo de la red es un trabajo interdisciplinario, en el que intervienen todas las instituciones estatales, tanto las secretarías departamentales y municipales como los institutos descentralizados (como el ICBF, la Caja Agraria, etc.); con todos ellos tuvimos que ver. En cada mesa sectorial se sentaban los técnicos de cada institución con representantes de la comunidad (o la comunidad misma), a decidir en qué se utilizaban los recursos en algunos programas y/o cuáles eran las comunidades o las personas beneficiadas. Por ejemplo, en la mesa sectorial de vivienda se reunían un representante de cada barrio del municipio, representantes de las comunidades de los ríos, un representante de la alcaldía, uno de la secretaría departamental de planeación y mínimo uno de la red de Solidaridad. En ocasiones estuvieron presentes representantes de la secretaría de obras públicas, del PNR, la Caja Agraria y del INURBE. Entre todos decidían cuál era el barrio con mayor concentración de pobreza en el casco urbano de Inírida y cuál era la micro-región departamental con más necesidades básicas insatisfechas. Ninguno podía haber sido cubierto por los programas de vivienda rural de gobiernos anteriores.
Los recursos que alimentarían los programas provenían de los fondos de cofinanciación, como son: El de solidaridad y emergencia social (FOSES), el de desarrollo rural integrado (DRI), el de infraestructura vial (FIV), el de infraestructura social (FIS), el de infraestructura urbana (FIU) y la financiera de desarrollo territorial (FINDETER), además de los institutos de reforma urbana (INURBE) y bienestar familiar (ICBF) y las secretarías de educación y salud departamentales y municipales.
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