Universidad Yacambu

Maestría en Finanzas y los negocios

Asignatura: Mercado de Capitales

Sección: A

La cobertura del riesgo como estrategia en los mercados financieros

El motivo especulativo es uno de los aportes más importantes a la teoría de la demanda de dinero y fue expuesto por John Maynard Keynes, en la Teoría General del empleo, el interés y el dinero, en 1936.

Esta teoría aún 70 años después de haber sido esbozada por primera vez, sigue siendo la base de todas las teorías contemporáneas relacionadas con el riesgo y la especulación. Ya no se limita sólo al riesgo de pérdida de capital por un solo instrumento financiero (los bonos en el caso Keynesiano) sino que se ha extendido a una gran variedad de títulos y valores y a los mercados financieros en general.

Estos últimos en la gran variedad de servicios que ofrecen-desde prestamos a la banca multinacional hasta negociaciones en diferentes instrumentos- han alimentado las expectativas de los inversionistas respecto al futuro del mercado de valores y capitales.

El riesgo siempre estará presente en cualquier decisión de inversión, de tal manera que lo recomendable es que el potencial inversor pueda cubrir lo más que pueda los riesgos posibles y la idea básica es que puedan ser minimizados.

Una de estas alternativas, fue la propuesta teórica del Economista James Tobin, quien sugería la diversificación de la cartera de inversiones como medida para minimizar los riesgos. Su punto de vista está relacionado con la metáfora de no colocar todos los huevos en una misma cesta.

Buena parte del éxito en las inversiones depende de las diferentes opiniones que prevalezcan en el mercado en un momento determinado. Existe una gran variedad de activos financieros para los cuales el inversor debe evaluar las bondades y rendimientos de los mismos.

Además debe considerar dos aspectos muy importantes en la toma de decisiones: los plazos.

Cuando éstos son cortos, la cobertura del riesgo puede ser más precisa. En la medida en que se tomen decisiones de inversión a medio o a largo plazo, los riesgos por pérdida de capital aumentan.

Esto está ligado sobre todo con la compra de bonos, que son generalmente emitidos a largo plazo. El tenedor de bonos, deberá prever una baja en el precio de los mismos hasta que lleguen a un mínimo para convertir sus existencias de dinero en bonos y esperar que los precios de éstos suban para obtener una ganancia de capital.. Lo contrario, tendrá que asumir una pérdida.

En el caso de las acciones, dependiendo de su categoría, la cobertura del riesgo podrá ser más previsible, porque los precios de las mismas pueden seguirse día a día. El mayor riesgo está en alguna eventual escándalo financiero-caso de ENRON- o en quiebras empresariales repentinas.

De este último caso, en Venezuela tenemos muchas experiencias, entre ellas, el caso del grupo CORIMON, que a mediados de los años 90, se declaró en quiebra, con pasivos bancarios que sobrepasaban para la época los 6000 millones de bolívares. El precio de las acciones se desplomó y salieron de la bolsa. Los accionistas tuvieron que asumir una pérdida de capital asociada al número de acciones en posesión.

Tal fue la crisis, que los bancos conformaron un pool de acreedores para administrar las deudas pendientes de CORIMON, por las consecuencias obvias en la cartera de crédito de los bancos acreedores del grupo.

Pero no sólo estos factores entran a formar parte del riesgo. Las expectativas de inflación son otra variable de mucha importancia, para que los inversores puedan minimizar los riesgos a asumir.

Estas expectativas ejercen una influencia importante sobre las tasas de interés nominales, que en muchos casos desvían la atención de los inversores hacia otros activos sino más rentables, por lo menos más seguros.

En el caso venezolano, el mercado más atractivo para protegerse de la inflación y minimizar los riesgos de pérdida de capital, es el de divisas. Probablemente, las tenencias de activos en forma de divisas protege de la depreciación de los activos en el corto plazo. No es tan fácil en estos últimos años en Venezuela, porque el control de cambios limita extremadamente la conversión, sobre todo de activos líquidos a moneda extranjera.

Por último, dada la incertidumbre y el estado de desconfianza que prevalece en Venezuela, y que el mercado de capitales no escapa a ello, los inversionistas buscan protegerse del alto riesgo adquiriendo activos muy líquidos a corto plazo.