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Selección de Información Referativa y Factográfica
Número 701 - diciembre
19/2007
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EL
TABLÓN: El artíulo de hoy
Desde La Habana.
Dialogando.
Orestes Martí y Manuel Alberto Ramy
El Referendo en Venezuela
Leer
Versión en Inglés
Orestes Martí: Todavía se escuchan
los ecos del resultado del referendo en Venezuela.
A diario se publican miles de páginas de comentarios de analistas
de política internacional. También por miles se cuentan las nuevas
páginas colgadas en Internet abordando el tema. Más allá de la
intencionalidad de unos y otros, acompañados de "ruidos" y
"blancos" informativos, están los datos objetivos: el total de
votos válidos fue de 8 millones 883 mil 746, el de votos nulos fue
de 118 mil 693 y el total escrutado fue de 9 millones 002 mil 439
sufragios. La abstención fue del 44,9 por ciento.
El "No" contabilizó 50,70 por ciento de los sufragios, contra
49,29 del "Sí". (La derecha aumentó su voto, pero muy poco, algo
más de un 5% que en la anterior votación presidencial. Tres
millones de votantes de Chávez, según las presidenciales
anteriores, no apoyaron el referendo. De esos tres millones de
votos, solo trescientos mil fueron a la derecha).
En el Bloque A, con los artículos presentados por el presidente
Hugo Chávez, el "No" contabilizó 4 millones 504 mil 354 votos. En
tanto, el "Sí" logró 4 millones 379 mil 392 votos.
En el Bloque B, cuyos artículos estaban contenidos en la segunda
pregunta del referendo, el "No" logró 4 millones 522 mil 332 votos
(51,05 por ciento), contra 4 millones 335 mil 136 del "Sí" (48, 94
por ciento).
La opción del bloque del "Sí" se impuso sobre el "No" en 15 de los
24 estados del territorio nacional. Y más allá todavía de esos
resultados, informados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) de
Venezuela, están algunos otros elementos que no se pueden obviar a
la hora de evaluar los mismos, a saber:
Estados Unidos invirtió más de 20 millones en la campaña contra el
referéndum y utilizó casi sin obstrucción a elementos
desestabilizadores dentro del país.
El 90% de la prensa escrita de Venezuela estaba —-y actuaba en
ocasiones con una gran falta de ética— a favor del NO. El
movimiento a favor del SI no contó con órganos de prensa.
La televisión —también en manos de la derecha— llevó a cabo una
propaganda de miedo. Los dos canales a favor del SI no cuentan con
programación que cale en la población. Toda esa propaganda
mediática (con infundios sobre la patria potestad, la propiedad
privada, etc.) fue apoyada por la Iglesia Católica y repetida en
parroquias e instituciones eclesiásticas. No hubo contrapropaganda
apropiada por el bloque del SI.
La aceleración de la fuga de capitales y el desabastecimiento
provocó cierto descontento popular. El Gobierno no ha logrado
solventar esa situación.
El trabajo de zapa de determinados sectores de la ultra izquierda
y "ex izquierdistas", que en ocasiones llegó hasta hacerle
propaganda a la derecha.
El quizás excesivo tiempo dedicado por el propio Presidente Chávez
a temas de carácter internacional en detrimento de lo interno.
Llegado a este punto, quisiera ampliar el horizonte de análisis
sobre las posibles consecuencias de los resultados de este
Referendo; para ello invito a un diálogo a Manuel Alberto Ramy,
jefe de la corresponsalía de Radio Progreso Alternativa en La
Habana y editor de la versión en español del semanario bilingüe
Progreso Weekly/Semanal.
Martí: Estimado amigo Ramy, sé que
has estado siguiendo de cerca el proceso del referendo celebrado
en Venezuela y me gustaría dieras a nuestros lectores tu opinión
sobre tres cuestiones concretas.
¿Qué valoración haces
del referendo en particular, a partir de la información que
manejas?
Manuel Alberto Ramy: Al comienzo tú has
puesto datos que son importantes, pero a mi juicio lo esencial es
lo que subyace, lo que expresan. Primero hay que distinguir entre
Proyecto y Proceso. En mi opinión la victoria del NO, ciertamente
pírrica, es un tropezón en el proceso de cambio —no
del proyecto de cambio. Se debió a un problema que en buen
criollo se dice el tiempo. Por alguna razón que desconozco, la
dirección del proceso venezolano adelantó las manecillas del reloj
para dar un salto de calidad en el proceso. Y también las adelantó
al no dar tiempo suficiente a un trabajo de politización, de
explicación de los 69 artículos sometidos a referendo, por cierto,
demasiados. Fíjate que para esta imprescindible tarea solo
dispusieron de unos 45 días a lo máximo. Incluso las bases
políticas no participaron a la hora de discutir y escoger los
puntos del referendo. Fueron decididos desde arriba.
Martí: Cuando dices un salto de
calidad en el proceso, estás pensando que la sociedad no estaba
suficientemente preparada.
Ramy: No puedo ser categórico en cuanto
a la falta de maduración del proceso en el conjunto de la
sociedad. La maduración en los procesos sociales de cualquier tipo
e ideología no discurre linealmente. Pero es elocuente que el
49,29% apoyó al SÍ, que es apoyar al proyecto. Sin embargo,
debemos meditar en los 3 millones que se abstuvieron y que
históricamente en 10 oportunidades anteriores votaron por el
proceso. ¿Qué los frenó? Un hábil manejo de la oposición y de los
medios que convirtieron esos 45 días en meses de distorsión
mediática de algunos de los temas más sensibles. Recuerda que
según algunos comentaristas la administración Bush, por alguno de
sus vericuetos, dedicó unos $20 millones de dólares a financiar a
la oposición. La oposición se centró en los artículos que mediante
una buena técnica de comunicación son capaces de frenar una
respuesta. No necesitaba sumarlos, solo inhibirlos: ese era el
juego. Y esto no fue enfrentado con eficacia por parte de las
fuerzas progresistas —que tenían que promocionar un modelo de
socialismo—, y que por demás están cojas en cuanto a aparato
político y electoral. Además, tenían que explicar ampliamente un
referendo con demasiados artículos, algunos de ellos que pueden
ser aprobados como leyes por el Congreso, como la jornada laboral
o el seguro o subsidio a buhoneros y amas de casa.
Martí: ¿Por qué dices cojas?
Ramy: El Movimiento de la V República,
que era el frente aglutinador, se disolvió hace pocos meses para
vertebrar el PSUV, que aún no está organizado y al que hasta ahora
no se le han sumado por diferentes razones otros movimientos y
partidos. Se lanzó el referendo sin una estructura vertebrada y el
Comando por el SÍ arrastra las diferencias anteriores y practicó
una relación vertical con las bases. Agrégale que dentro del
aparato político han surgido ciertos “barones del socialismo”,
cuyos intereses son contradictorios con el proyecto, porque de
triunfar las propuestas perderían poder y control. La opción del
SÍ fue a la contienda con un carro al que le faltaban al menos dos
ruedas y con una conducción con más deseos que estrategia. Hay
otro punto adicional, y es que el gobierno y el propio Chávez
abrieron simultáneamente demasiados frentes de combate, tanto
internos como externos. En fin, regreso al tiempo: maduración
insuficiente, apresuramiento en convocar al referendo, falta de
una labor de divulgación y de una bien capacitada conducción
comunicacional. Pero te insisto que con casi el 50% de los votos
favorables al SI, este triunfo del NO puede ser reversible si los
revolucionarios aprenden la lección y contraatacan.
Martí: ¿Cómo puede revertirse el
fracaso?
Ramy: Me llevas al borde de la osadía,
pero con la constitución vigente el gobierno puede llevar adelante
muchos de los objetivos del referendo por medio de la potenciación
de proyectos, programas y sectores claves de la economía. No se
trata de permanecer en ese estadio, sino de usarlo como trampolín.
Quizás, y es un asunto de estrategia, el gobierno debió comenzar
por ahí y finalizar más adelante con un referendo menos
voluminoso. Mira, son las realidades las que crean y aceleran
conciencia, o no. Las contradicciones, triunfos y derrotas
integran la dinámica social. Si para el 2013, cuando termine el
mandato presidencial de Chávez, se pudieran mostrar ejemplos de
que la socialización es eficaz para un buen número de ciudadanos,
el proceso podría recuperar los 3 millones de votos perdidos y un
poco más también. Pero insisto, lo medular no está en las urnas,
pasa por éstas y como resultado.
Martí: ¿Qué opinión te merece las
declaraciones formuladas por el Sr. George Bush respecto al
triunfo del NO?
Ramy: ¿Puede hablar de democracia quien
preside un sistema plutocrático? En el año 2000, Al Gore ganó por
más de 200 mil votos; sin embargo el Tribunal Supremo, herencia
paterna, determinó que el delfín había triunfado. Apliquemos el
caso a la Venezuela del 2 de diciembre e imaginemos que la
diferencia hubiese sido menos que la registrada y hubiera sido
necesario pasar por al arbitraje del tribunal competente.
Imaginemos que dicho tribunal determinara que Chávez ganó. El
despelote habría sido olímpico y teñido de sangre. El líder
bolivariano, al aceptar la derrota, desmiente que es un dictador,
y logró que la oposición tuviese que esgrimir la Constitución de
la V República.
Martí: ¿Qué implicaciones pudieran tener para Cuba los
resultados del Referendo?
Ramy: Venezuela y Cuba son dos procesos
diferentes por origen, desarrollo y contextos. El vínculo esencial
es la promoción de una sociedad con valores más humanos y un
reparto más equitativo de las riquezas. Ambos gobiernos comparten
una visión geoestratégica común. Percibo que el motivo de tu
pregunta está relacionada con el momento especial que vive Cuba.
¿Frenará los cambios necesarios? ¿Los moderará?
Los problemas de Cuba son propios e inevitablemente hay que
enfrentarlos. Lo ocurrido en Venezuela —que no es definitivo—
pudiera fortalecer argumentos de sectores inmovilistas; pero
también vigorizan a quienes aspiran a un proceso de reformas que
conduzca a un nuevo modelo o ejercicio del socialismo. Por
ejemplo, los problemas en el sector agrícola son nuestros. El país
no puede continuar importando entre el 70 y el 80% de los
alimentos del cubano, más aún ante una hipotética situación
adversa, que por cierto no tomaría desprevenido a la dirección del
país. Los cambios estructurales de los que ha hablado Raúl Castro
apuntan a esto: se trata esencialmente de dinamizar la economía e
incluso, como ha dicho, de aperturas a nuevas inversiones bien
analizadas y bajo contratos claros. Posponer las reformas juega
con el suicidio, con el divorcio de la realidad. Tampoco creo que
frene o esté frenando; las reformas (“nada espectaculares”, como
dijo Raúl) vienen y muy probablemente discurran a partir de la
nueva Asamblea del Poder Popular. ¿Por qué? Muy sencillo, y repito
lo que he escrito hace meses: hay un doble proceso, uno de
reformas y otro de transito generacional inevitable. La garantía
del relevo generacional pasa por las instituciones.
Orestes Martí, Escritor cubano español,
especialista en Información y Comunicación, escribe habitualmente
en
Canarias Insurgente.
Nota: el 8 de diciembre el Consejo
Nacional Electoral emitió los resultados finales arrojando los
datos siguientes: en el Bloque A, la opción del NO obtuvo 4
millones 521 mil 494 votos (50.65%). La opción del SÍ obtuvo en
ese mismo bloque, 4 millones 404 mil 626 votos (49,34%). La
abstención en este primer bloque fue de 43.95%.
En cuanto al Bloque B; la opción del NO obtuvo 4 millones 539 mil
707 votos (51%). La opción del SÍ, 4 millones 360 mil 14 votos
(48.99%).La abstención se ubicó en 43.85%.
Nota: Este diálogo fue publicado originalmente en
Progreso Weekly/Semanal y en Canarias Insurgente. Este Boletín
estaba en receso y por tal motivo no fue recogido con
anterioridad. Venezuela
+ Prohibido subestimar
Chávez está en el ring
ANC
+ A propósito del Referendum por la Reforma Constitucional en Venezuela
Sólo el Pueblo salvará al Pueblo
Gustavo Robles
+ Sobre sus declaraciones después del referendo constitucional en
Venezuela
Carta abierta a James Petras
+
Los dilemas de Chávez
Nelson Soza Montiel
+ Reduce en 1.000 millones de dólares su deuda externa
+ Venezuela
en el centro de campa? medi?ica internacional
+ El
peligro burocrático
Guillermo Almeyra
+ El
golpe militar de 2002, los mentirosos del Internet y el Titanic
revolucionario
Heinz Dieterich
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Nota
de/para los amigos que me escriben:
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De: @DIN
Agencia Digital Independiente de Noticias
Se han colocado nuevos libros en formato pdf que pueden descargarse de la Biblioteca de @DIN.
Algunos títulos de la Biblioteca:
La
Política Armada. Movimientos revolucionarios en la Argentina
(1958-1976) Julio Carreras (h) - Desde el FRIP y los
Uturuncos, hasta el ERP y Montoneros, el autor ha recopilado
información, en parte obtenida de su experiencia personal y de
otros militantes, acerca de los dos movimientos guerrilleros m?
poderosos que vio la historia argentina. (Editado en formato PDF
por David Andenmatten)
Democracia
digital - Marino Ridao - Se analiza la posibilidad técnico/jurídica
de utilización de los medios tecnológicos de comunicación
actuales (Internet) para profundizar en la participación democrática
retroalimentada con la Esperanza de conseguir la participación
ciudadana plena. PDF.
|
De: Juan José
León, La Habana
Asunto: Colaboración "repentista"
Como late el corazón
Como el alma se alimenta
Al entrar en los cincuenta
A?s de revolución
La victoria fue razón
En aquel enero fiel
Porque en el momento aquel
Flotaron los estandartes
Y el sol se partió en dos partes
En los hombros de Fidel
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Mensajes
desde Cuba:
De: Pedro Campos Santos.
Asunto: Cohesión, programa y debate ético: tres pilares del triunfo de la izquierda.
Integrar la cohesión de las fuerzas revolucionarias en torno a
un programa que tenga consenso, por medio de un debate ético y
democrático, es una de las garantías del éxito.
Nunca será demasiado insistir en la necesaria cohesión de la
izquierda, en cualquier proyecto revolucionario, como una de las
condiciones sine qua non para alcanzar el triunfo y luego
consolidarlo. Viejas consignas revolucionaria toman la palabra:
“en la unión está fuerza y en la fuerza el triunfo” y “el pueblo
unido, jamás será vencido” ¿Pero cómo fraguar esa unión?
Las experiencias de los procesos revolucionarios no dejan lugar
a dudas: La Gran Revolución Socialista de Octubre comenzó su
declive allí donde se inició la falsa unanimidad que impuso el
dogmatismo. Sería prolongado recuento hacer la historia de los
muchos fracasos de la izquierda latinoamericana a causa de la
desunión. Ha habido triunfos sólo donde ha habido concierto y
los fracasos se han iniciado con la desunión. Baste recordar
cómo terminaron la gesta heroica del Che en Bolivia y la
Revolución de la Nueva Joya en Granada. Aprendamos de las
experiencias.
La Revolución Cubana llegó hasta aquí gracias al complejo
proceso de integración entre sus fuerzas políticas, que muchas
concesiones tuvieron que hacerse mutuamente para vencer los
sectarismos, donde la fusión se basó en el papel protagónico
determinante de Fidel. Sin embargo, estamos viendo que el
Partido único no eliminó definitivamente la presencia de
tendencias, que se vienen manifestando cada vez más
perceptiblemente ante la enfermedad del Jefe, lo que parece
indicar -a la larga- que ha existido más una cohesión que la
siempre proclamada unanimidad. Aceptar esa realidad creciente,
quizás no del todo visible, y su dialéctico desarrollo y luchar
por consolidar una nueva base para su cohesión es una necesidad;
pretender imponerle sectaria o dogmáticamente una nueva
“unanimidad”, sería muy peligroso.
Las revoluciones son distintas, tienen sus propias
características y dinámicas, pero en todas se ponen de
manifiesto algunos aspectos generales comunes, el estudio de
cuya práctica los ha revelado como categorías con regularidad.
Que la unidad es necesaria para vencer la resistencia del
Imperialismo y las oligarquías nacionales es algo muy claro para
toda la izquierda. Los problemas vienen a la hora de
concretarla, cuando los protagonismos, los intereses creados y
en creación, la lucha de clases y la acción de zapa enemiga
hacen presencia. El debate ético para logra cohesión en torno a
un programa común, es un fenómeno de interrelación dialéctica
entre tres de los aspectos más generales e importantes, que
posibilitan la superación de los obstáculos y la consecución del
triunfo revolucionario.
Las fuentes de la desunión, de los programas confusos y de la
falta de ética en el debate entre los revolucionarios se
encuentran en la falta de claridad ideológica y de cultura
política, en la lucha entre intereses protagónicos, en el
sectarismo y otros vicios, de los cuales se vale la actividad
enemiga para atizar las diferencias; pero todas esas causas
producen los mismos efectos negativos para los procesos
revolucionarios. De donde provengan, deben ser combatidas.
1-Cohesión, como unidad.
La práctica revolucionaria ha demostrado que la verdadera unidad
es la que surge y se consolida por la cohesión de las distintas
posiciones dentro de la revolución, como resultado del
desarrollo natural de las contradicciones internas, sin
necesidad de renunciar a los criterios propios, desde la mutua
aceptación tolerante de las tendencias, más que de los intentos
de unanimidad y unicidad orgánica impuestas por la fuerza, los
intereses hegemónicos, los protagonismos personales y el
sectarismo que ha logrado predominar. A la corta o la a larga,
tal “unicidad” muestra sus falsas soldaduras, sus debilidades y
si no se rectifica a tiempo con la aceptación de las tendencias
diversas, pero enlazadas en torno a principios y fines
generales, puede aparecer el umbral del fraccionamiento.
Muchas veces los conflictos entre personalidades encarnan otros
más profundos, por lo que su solución va más allá de ellas,
siendo imprescindible una política de tolerancias y concesiones
mutuas, para evitar la división. Las hegemonías personalistas en
los procesos revolucionarios han demostrado ser coyunturalmente
necesarias, pero también algunas han sido nocivas con el tiempo
y la ausencia de las figuras.
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La lucha debe ser por tanto en función de la cohesión de las
fuerzas revolucionarias y su máximo nivel de integración, dados
por la propia práctica del proceso, en base a principios y fines
comunes, que pueden o no encontrar expresión en una figura
única; aunque no siempre es posible y funcional la unificación
orgánica e ideológica en un cuerpo único centralizado,
monolítico, basado en la unanimidad. Siendo necesario buscar la
identidad más en programas que en figuras. Los partidos
políticos de la revolución socialista no son ejércitos ni
fuerzas militares, si bien -imbricados ocasionalmente- han
tenido que organizar siempre su brazo armado con férrea
disciplina para vencer la resistencia del Imperialismo y la
reacción; pero son fenómenos que nunca deberán confundirse,
conllevan bases disciplinarias diferentes.
2-El Programa.
El establecimiento diáfano del proyecto revolucionario que se
pretende, es una de las bases principales de la cohesión. Medios
y fines deben quedar bien definidos. Cuando no ha existido
claridad, o la práctica ha demostrado las carencias o la
inviabilidad del proyecto, como es el caso del socialismo de
Estado fracasado de corte estalinista, se hace imprescindible la
definición compartida del nuevo proyecto al que tributen todas
las tendencias y fuerzas de la izquierda.
Son claramente los retos de Cuba estos momentos: ¿Cuál
socialismo, cuál democracia? A la vez título de un libro del
comunista dominicano Narciso Isa Conde -de larga experiencia
revolucionaria y uno de los principales propulsores
latinoamericanos del Socialismo del Siglo XXI- son definiciones
que debemos tener hoy muy claras. Lo que proyectemos debe tener
el respaldo mayoritario de la izquierda, no necesariamente la
unanimidad. La única revolución del siglo XX que iniciara el
camino socialista y sigue en pie, la Cubana, ha demostrado la
necesidad del consenso como condición del avance.
El proceso revolucionario enfrasca la clarificación del
proyecto. Socialismo, todos queremos, pero es evidente que
necesitamos precisarlo, reconformarlo y aunque no lleguemos a
pleno acuerdo, debemos alcanzar un programa aceptable para la
amplia mayoría del pueblo. No hacerlo, pretender imponer una
visión, un esquema desde el poder, la fuerza o cualquier otra
posición es ir en contra del propio proceso que se quiere
defender. El programa general es factor básico de la cohesión.
3-La ética del debate democrático entre revolucionarios.
El tema ha sido abordado en la Cuba actual. Todos los procesos
revolucionarios necesitamos de una ética para el debate
democrático entre los revolucionarios, que esté regida por
algunos principios básicos, como el respeto a las posiciones de
los demás, la tolerancia, el uso de terminologías no hirientes
ni maximalistas, la no presunción de intereses mezquinos en los
otros, el conocimiento libre y horizontal de la información,
evitar las acusaciones de convivencia con el enemigo por el
simple hecho de disentir, no adjetivizar a las posiciones ni a
las personas discrepantes, discutir sobre razonamientos y
argumentos y no sobre prejuicios o aspectos de la personalidad y
otros por el estilo.
El debate verdaderamente revolucionario sólo puede ser
democrático, contenido que sólo es real si existe para las
minorías, que son siempre relativas y el debate las puede
convertir en mayorías. El temor a ese desarrollo dialéctico es
-muchas veces- la causa última de la ausencia de la ética, sin
la cual llegar a acuerdo o consenso es muy difícil, si no
imposible. Desgraciadamente, a veces la cultura política y de
debate de los que discuten es insuficiente y si tal es
patrimonio de una figura hegemónica como Stalin, los resultados
son conocidos. Para él, el Partido se fortalecía “depurándose”;
de ahí su práctica dogmática y sectaria. Para el nuevo
socialismo, el Partido se fortalecerá por el debate
ético-democrático y la búsqueda de consenso.
Si el sectarismo alimenta la falta de ética, la ética en el
debate garantiza el entendimiento y poder llegar a acuerdos
sobre bases y principios comunes sin abandonar las posiciones
propias.
Lograr integrar la cohesión de las fuerzas revolucionarias en
torno a un programa que tenga consenso en la izquierda, por
medio de un debate ético y democrático, es una de las garantías
principales del éxito revolucionario.
La Habana 8 de noviembre de 2007
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Ante la ofensiva reaccionaria, la fuerza unida de la izquierda
en la palabra y en los hechos.
La cohesión revolucionaria, la cultura del debate y su ética.
El necesario debate efectivo
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