Enfatizó Raúl que solo el
socialismo es capaz de vencer las dificultades y preservar
las conquistas de casi medio siglo de Revolución.
28 de diciembre de 2007
19:36:52 GMT
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Foto: Juan
Moreno |
Compañeras y
compañeros:
Hemos tenido una buena
reunión sobre el Plan de la Economía y el Presupuesto
aprobados para el próximo año. Sobre todo ha sido la más
breve de la historia.
El propósito de esta
intervención es compartir algunas reflexiones sobre la
situación económica y social del país.
El último año ha sido sin
dudas de un intenso trabajo con la participación activa de
todo el pueblo. Han transcurrido menos de 3 meses desde
que concluyeron las 215 687 reuniones realizadas en el
contexto del debate promovido por nuestro Partido, a
partir de los conceptos expuestos en el acto central por
el aniversario 54 del asalto a los cuarteles Moncada y
Carlos Manuel de Céspedes.
Cuando nuestro Partido
convocó a reflexionar sobre lo planteado el 26 de julio en
Camagüey, el objetivo no fue enterarnos de los problemas.
Realmente la mayoría de estos se conocían y sobre muchos
de ellos hablé en esa ocasión, al menos acerca de los que
consideramos fundamentales para el bienestar de la
población y el desempeño socioeconómico adecuado del país.
Que nuestra apreciación
es correcta lo ratificaron más de cinco millones de
ciudadanos en las reuniones de estudio y reflexión
desarrolladas durante los meses de septiembre y octubre,
calificadas de necesarias y útiles.
Muchos de los
planteamientos se refieren a problemas locales o están
asociados a deficiencias y errores de personas
específicas, por lo que habrá que enfrentarlos y
resolverlos de manera directa allí donde ocurren.
En consecuencia, se
orientó a los diferentes niveles de dirección del Partido,
el Gobierno, las organizaciones de masas y los centros
laborales, adoptar de inmediato las medidas para
solucionar los problemas que no tienen que esperar por una
decisión superior, lo cual se ha ido materializando.
El principal y decisivo
propósito de este gran esfuerzo ha sido la búsqueda, con
la participación consciente y activa de la inmensa mayoría
de los cubanos, de las mejores soluciones al alcance de
las posibilidades económicas del país, ya que como dije
recientemente, nadie aquí es mago ni puede sacar recursos
de un sombrero.
Además, se necesita
tiempo para estudiar, organizar y planificar cómo alcanzar
los objetivos propuestos, a partir de las prioridades
establecidas, con la mayor calidad y eficiencia. Lo
anterior no transita sólo por la voluntad o interés de los
involucrados en la solución del problema; depende en gran
medida también de la disponibilidad de recursos y de la
autoridad y cualidades de los cuadros implicados y su
constancia.
La experiencia enseña la
importancia de analizar los problemas de manera integral,
conciliar las decisiones y actuar con racionalidad.
Desde luego, no todas las
propuestas y sugerencias podrán aplicarse íntegramente.
Habrá que forjar el consenso para determinar lo más
racional y conveniente, pues en no pocos casos se
contraponen, y algunas opiniones reflejan falta de
información, muy especialmente en la esfera económica.
Este proceso ratifica
algo fundamental: quien ocupa un cargo de dirección debe
saber escuchar y crear el ambiente propicio para que los
demás se expresen con absoluta libertad. Es algo que debe
incorporarse de manera definitiva al estilo de trabajo de
cada dirigente, junto a la orientación, la crítica o la
medida disciplinaria oportuna.
Todos quisiéramos marchar
más rápido, pero no siempre es posible.
Nuestro pueblo recibe
información por muchas vías y se trabaja para
perfeccionarlas y eliminar la nociva tendencia al
triunfalismo y la complacencia, por garantizar que cada
compañero con determinada responsabilidad política o
administrativa informe de manera sistemática sobre lo que
le compete con realismo, de forma diáfana, crítica y
autocrítica.
Ese es el propósito de
las últimas mesas redondas sobre temas nacionales, con la
presencia de los jefes de los organismos con mayor
implicación. Estas continuarán realizándose siempre que
exista algo importante que informar. Igual debe hacerse en
la provincia y el municipio, no sólo por los medios de
difusión, sino también directamente en los barrios y
centros de trabajo, donde pueden resolverse o explicarse
muchos problemas.
También los diferentes
medios de la prensa nacional han contribuido al análisis
de temas vitales para la población y el desarrollo
socio-económico del país. La crítica, cuando se ejerce
adecuadamente, es esencial para avanzar.
Muchas compañeras y
compañeros son testigos del rigor con que se estudian los
más de 1 300 000 planteamientos recogidos a partir de los
3 255 344 intervenciones realizadas. Constituyen una
fuente de información de gran utilidad tanto presente como
futura.
Coincidimos con quienes
han alertado sobre el exceso de prohibiciones y medidas
legales, que hacen más daño que beneficio. La mayoría
pudiéramos decir que fueron correctas y justas en su
momento, pero no pocas de ellas han sido superadas por la
vida y detrás de cada prohibición incorrecta, búsquese un
buen número de ilegalidades.
Respecto a uno de los
temas más abordados en las reuniones: la producción de
alimentos y sus altos precios, el país trabaja con la
urgencia que ese vital asunto requiere, por su impacto
directo y cotidiano en la vida de la población, sobre todo
de las personas de menores ingresos.
Se ha avanzado en los
estudios y continuará actuándose con toda la rapidez que
permitan las circunstancias, para que la tierra y los
recursos estén en manos de quienes sean capaces de
producir con eficiencia, se sientan apoyados, reconocidos
socialmente y reciban la retribución material que merecen.
No he pretendido agotar
ninguno de los temas abordados, sobre ellos habrá que
volver una y otra vez. Este ha sido, como esperábamos, un
proceso crítico, en el que la mayoría de nuestros
compatriotas manifestó de forma clara su apoyo a nuestro
sistema social, al Comandante en Jefe y al Partido.
Millones de cubanos
expresaron consideraciones y sugerencias dirigidas a
perfeccionar nuestro socialismo. Como expresé hace pocos
días en Santiago de Cuba, ha sido una sólida demostración
del alto nivel de conciencia y cultura política del
pueblo.
Es innegable el avance en
la economía expresado en el crecimiento del Producto
Interno Bruto en los últimos años, pero nos interesa,
especialmente, que el comportamiento positivo de los
indicadores macroeconómicos se refleje lo más posible en
la economía doméstica, donde están presentes carencias
cotidianas.
También se analizan
decisiones dirigidas a la paulatina solución de diversos
problemas en la educación, la salud, el transporte, la
vivienda, la recreación, por sólo mencionar algunos de los
temas acuciantes, parte de los cuales podrán resolverse o
al menos mejorarse en plazos razonables, sobre todo
aquellos originados por causas de carácter subjetivo. Lo
principal de estos temas se abordó en los informes
entregados a los diputados para esta sesión de la Asamblea
y que con anterioridad fueron profundamente debatidos en
las Comisiones.
La solución de muchas
dificultades exige elevar la eficacia de los procesos
inversionistas. Habrá que establecer prioridades,
organizar mejor la mano de obra y los recursos e
introducir tecnologías modernas. Este esfuerzo debe
contribuir a incrementar la productividad. Y algo
fundamental, inversión que se inicie debe concluir en el
plazo previsto, de lo contrario se inmovilizan recursos
sin reportar beneficios.
Otro grupo de complejos
asuntos, como la existencia de dos monedas y las
deformaciones de los sistemas de salarios y precios,
requieren estudio profundo y se realizará con la mesura,
rigor y responsabilidad que merecen.
Debemos determinar, con
la participación activa de todos, cuáles son en nuestras
condiciones las vías más efectivas para asegurar el
incremento sostenido de la producción nacional y de la
capacidad exportadora del país, reducir las importaciones
e invertir los recursos en prioridades bien definidas,
para la búsqueda sistemática de la eficiencia productiva,
así como el perfeccionamiento del sistema empresarial
vinculado a los resultados.
Además, estamos obligados
a defender la credibilidad del país ante los acreedores y
garantizar los recursos necesarios para las inversiones
que aseguran el desarrollo perspectivo.
Como se dijo aquí, en el
ahorro está una de las mayores fuentes de recursos para
lograr lo anterior, pero aún es insuficiente la conciencia
de su importancia en algunos ciudadanos, colectivos de
trabajo e instituciones.
Son justas las críticas
de la población por el uso irracional de los recursos en
determinadas entidades estatales por desorganización,
falta de control y exigencia, mientras se encuentran
pendientes de solución necesidades sociales y económicas.
Pero como expliqué en
Camagüey, no todos los problemas y carencias se deben a
deficiencias internas. También influye una coyuntura
económica internacional que no podemos soslayar,
caracterizada por el crecimiento acelerado del costo del
combustible y alimentos que compramos, por sólo mencionar
dos renglones básicos, aunque la realidad es que casi todo
lo que importamos ha subido de precio y continúa subiendo.
A ello se suma, como
sabemos, las pérdidas derivadas del bloqueo económico
contra Cuba y la necesidad de enfrentar las consecuencias
de desastres naturales de magnitud y frecuencia
crecientes, producidos por el cambio climático. Basta
señalar uno solo de los eventos climatológicos en el
Oriente del país, donde nos vimos obligados a gastar 499
millones de dólares no previstos.
Como vemos, son enormes
los retos que tenemos por delante, pero nadie dude de la
firme convicción demostrada por nuestro pueblo de que solo
el socialismo es capaz de vencer las dificultades y
preservar las conquistas de casi medio siglo de
Revolución.
Una Revolución que nos
pertenece a todos, pues nació y ha crecido gracias al
esfuerzo y el sacrificio de muchas generaciones de
patriotas. De las manos y la conciencia de todos nosotros,
los cubanos de hoy y de mañana, depende hacerla cada día
más fuerte hasta que sea invulnerable en todos los
terrenos.
Sería suicida no actuar
así frente a una administración norteamericana que, como
acaba de explicar el compañero Alarcón, ha arreciado su
agresividad contra Cuba para satisfacer los intereses de
los sectores más extremistas de ese país. Prueba de ello
es el recrudecimiento de la guerra económica como parte
del reforzamiento del Plan Bush, que incluye medidas de
presión e intentos desesperados e infructuosos para
desestabilizar el país, en función de articular nuevos
pretextos para justificar su política hostil, ante lo cual
crece el rechazo internacional y en sectores cada vez más
amplios de la propia sociedad norteamericana.
Nuestro pueblo toma muy
en serio cada amenaza. Así lo viene demostrando la
Operación Caguairán, que ya ha permitido preparar
alrededor de 430 000 combatientes de la reserva y
milicianos, y otras tareas fundamentales como la
modernización del armamento, la preparación del teatro de
operaciones militares, la realización de importantes
maniobras y el recién concluido ejercicio Moncada 2007,
que fortalecieron sustancialmente la capacidad defensiva
del país y sentaron las bases que contribuirán al
desarrollo exitoso, a finales del próximo año, del
ejercicio estratégico Bastión 2008.
Frente a la
intensificación de las maniobras de subversión y de los
esfuerzos por aislarnos internacionalmente, se preservó la
estabilidad interna, el país continuó consolidando su
desarrollo socio-económico y se fortaleció el prestigio
internacional de la Revolución.
Durante el año, como se
ha hecho referencia aquí, se avanzó significativamente en
la implementación de programas estratégicos, que
repercutieron de manera positiva en la economía y en el
mejoramiento de las condiciones de vida de nuestro pueblo,
como la Revolución Energética, por sólo citar un ejemplo.
En el plano político, la
inmensa mayoría de los cubanos demostraron de manera
contundente su decisión de preservar y defender la
Revolución durante las elecciones de los delegados del
Poder Popular el pasado mes de octubre, y estamos seguros
que así será nuevamente el próximo 20 de enero, cuando
elegiremos a los delegados a las asambleas provinciales y
a los diputados que integrarán nuestra Asamblea Nacional.
En la presidencia de los
No Alineados, Cuba mantuvo su vitalidad e influencia en
importantes procesos multilaterales.
Una vez más, el Gobierno
norteamericano, pese a ingentes esfuerzos no logró imponer
sus pretensiones de condenar a nuestro país en materia de
derechos humanos, al tiempo que recibió una aplastante
derrota en la votación récord contra el bloqueo en la
Asamblea General de las Naciones Unidas.
La reciente visita del
Presidente Chávez, la Cumbre de PETROCARIBE y el avance
del ALBA han sido pasos importantes en la consolidación de
los mecanismos de integración regional.
Nuestro desempeño en el
próximo año deberá caracterizarse por la sistematicidad;
la organización, planificación y control efectivos;
trabajar por prioridades y usar racionalmente los
recursos; incrementar la productividad del trabajo y la
eficiencia; fortalecer la integración, cooperación y
cohesión en la actividad de dirección de los organismos
del Estado, el Gobierno, la Unión de Jóvenes Comunistas y
las organizaciones de masas a todos los niveles, para
enfrentar de conjunto, bajo la dirección del Partido, los
principales problemas que hoy afectan a nuestro pueblo.
En nombre del Comandante
en Jefe, del Comité Central del Partido y de los
integrantes de esta Asamblea, transmitimos a nuestros
compatriotas una merecida felicitación por cuanto hemos
hecho para arribar exitosamente, frente a todas las
dificultades y agresiones, al «Año 50 de la Revolución»,
que sin dudas también será de modestos triunfos en todos
los órdenes.
Los diputados que
integran esta Sexta Legislatura han sabido cum mandato de
nuestro pueblo y merecen su reconocimiento Una parte de
ustes han sido postulados nuevamente, sus tareas
habituales, pues como es conocido, nadie cobra un centavo
por ser miembro de esta Asamblea. A todos les puedo
garantizar que si algo no les faltará, será abundante
trabajo.
En cualquier
responsabilidad encomendada, estaremos a la altura de la
confianza que depositó nuestro heroico pueblo, y del honor
de ser soldados de una Revolución encabezada por un
Comandante en Jefe que con su ejemplo y sabiduría nos ha
conducido siempre a la victoria.
Ser dignos de un pueblo
que ha enfrentado durante décadas, con valor y estoicismo,
todos los peligros y dificultades; un pueblo cuya juventud
está demostrando ser consecuente con su gloriosa historia,
de lo cual son un fiel ejemplo nuestros Cinco Héroes
prisioneros del imperio, que el próximo año cumplirán una
década de injusta condena en cárceles norteamericanas.
Deseo a todos, cubanas y
cubanos, un feliz año 2008. Celebren, descansen, recuperen
fuerzas, lo merecen.
¡Y a trabajar duro!
Muchas gracias.
Mensaje de Fidel a la Asamblea
Nacional del Poder Popular
Fue leído por Ricardo
Alarcón de Quesada, presidente del Parlamento cubano, al
inicio del décimo período ordinario de sesiones de la
Sexta Legislatura que concluyó este viernes en el Palacio
de las Convenciones de La Habana
28 de diciembre de 2007
21:17:53 GMT
Compañeros de la Asamblea
Nacional:
Es muy duro
el trabajo de ustedes. Frente a las necesidades acumuladas
y crecientes que nuestra sociedad heredó de la neocolonia
yanqui el 1º de enero de 1959, muchos soñábamos crear un
país con justicia plena e independencia total. En la ardua
y desigual lucha, llegó un momento en que nos quedamos
solos.
Es legítimo
nuestro orgullo cuando estamos próximos a cumplir 50 años
del triunfo, porque hemos resistido durante casi medio
siglo al imperio más poderoso que se ha creado en la
historia. En la Proclama que suscribí el 31 de julio de
2006, ninguno de ustedes vio jamás acto alguno de
nepotismo ni usurpación de las funciones del Parlamento.
En ese año difícil y a la vez prometedor de la Revolución,
la unidad del pueblo, el Partido y el Estado eran
requisito esencial para seguir adelante y enfrentar la
amenaza declarada de una intervención militar enemiga por
parte de Estados Unidos.
En la visita que el
pasado 24 de diciembre realizó el compañero Raúl a varios
distritos del municipio que me hizo el honor de postularme
como candidato al Parlamento, se percató de que todos los
miembros del grupo numeroso de la candidatura de la
población que abarcaba el distrito que en el pasado se
había hecho famoso por su combatividad, aunque de muy baja
escolaridad, eran graduados de alto nivel, lo cual le
emocionó profundamente, como él mismo narró a nuestra
televisión.
Los cuadros del Partido,
el Estado, el Gobierno y las organizaciones de masas se
enfrentan a nuevos problemas, en su trato con el pueblo
inteligente, observador y culto, que detesta trabas
burocráticas y explicaciones mecánicas. En el fondo cada
ciudadano libra su propia batalla contra la tendencia
innata del ser humano a seguir el instinto de
supervivencia, una ley natural que rige la vida.
Todos
nacemos signados por ese instinto que la ciencia define
como algo elemental. Chocar con él es bueno porque nos
lleva a la dialéctica y a la lucha constante y
desinteresada; nos hace más martianos y verdaderamente
comunistas.
Lo que más
ha destacado la prensa internacional sobre Cuba en días
pasados, fue la frase en que expresé el 17 de este mes en
carta al Director de la Mesa Redonda de la televisión
cubana, que no soy una persona aferrada al poder. Puedo
añadir que lo fui un tiempo por exceso de juventud y
escasez de conciencia, cuando sin preceptor alguno iba
saliendo de mi ignorancia política y me convertí en
socialista utópico. Era una etapa en que creía conocer lo
que debía hacerse, ¡y deseaba poder hacerlo!
¿Qué me hizo cambiar?: la propia vida, a medida que
profundizaba en el pensamiento de Martí y de los clásicos
del socialismo. Mientras más luchaba más me identificaba
con tales objetivos y mucho antes del triunfo pensaba ya
que mi deber era luchar por éstos o morir en el combate.
Por otro lado, nos
acechan grandes peligros que amenazan a la especie humana.
Es algo que se hizo cada vez más evidente para mí desde
que por primera vez previne en Río de Janeiro que una
especie estaba en riesgo de desaparecer como consecuencia
de la destrucción de sus condiciones naturales de vida,
hace más de 15 años, en junio de 1992. Últimamente, día
por día, es cada vez mayor el número de los que comprenden
este riesgo real.