Murió el hombre que lanzó la bomba atómica en Hiroshima LA
SEGUNDA GUERRA MUNDIAL: THOMAS WILSON FAREBEE, COMANDANTE DEL ENOLA GAY Cuando apreté el botón -contó en una entrevista en 1985- no tenía la más mínima idea de las consecuencias de mi acto. Vi un relámpago terrible y comprendí que debía tratarse de un nuevo tipo de bomba. Nadie me había advertido, pensaba que ésa era una misión como las otras. Thomas Wilson Farebee, llamado el bombardero bueno, lanzó el 6 de agosto de 1945 la bomba atómica que provocó 100 mil muertos en Hiroshima. A los 81 años, murió el jueves, sin remordimientos, en una pequeña casa con jardín en Florida, donde vivía desde que se jubiló.Sólo después del aterrizaje, Farebee supo lo que el piloto Paul Tibbets, comandante de la misión, no le había dicho. Un general -explicó en la misma entrevista- se me acercó para preguntarme qué aspecto tenía la bomba atómica. Más tarde, desde la base de Guam, se envió un mensaje al presidente Truman sobre el éxito obtenido.El día después, una segunda bomba atómica fue lanzada en Nagasaki y luego de una semana, el 14 de agosto, Japón se rindió.Farebee jamás se sintió un héroe, pero tampoco perdió el sueño cuando conoció los detalles de la tragedia de Hiroshima. No me siento culpable -dijo- porque cumplí una orden, pero me desagrada que tanta gente haya muerto. Tenemos que actuar de modo que no vuelva a ocurrir nunca más. Estudiosos de todo el mundo le escribieron para tener de él una versión de primera mano de los hechos. A todos -confió ayer la viuda, Mary Ann-, Thomas les daba la misma respuesta preparada años atrás. Después de la rendición de Japón peleó en otras guerras, en Corea y en Vietnam, pero ahora quería vivir tranquilo. Cultivaba rosas en el jardín, iba de pesca con sus cuatro hijos y jugaba con sus nietos.Sabía que tenía los días contados. En octubre, los médicos le dijeron que tenía un cáncer de páncreas.Había nacido el 9 de noviembre de 1918 en Mocksville, Carolina del Norte, y era el segundo de doce hijos de una familia de campesinos: un joven atlético que soñaba con ser jugador profesional de béisbol. No logró hacerse aceptar en el primer equipo de los Red Sox de Boston y entonces se enroló en la aviación. Cuando fue enviado a bombardear Japón tenía 26 años, el grado de mayor y 63 misiones sobre el territorio enemigo. Fue uno de los cien que por primera vez habían atacado de día a las tropas nazis en Francia.Es el mejor bombardero, decía de él Paul Tibbets, comandante de un avión B-29 al que le dio un nombre destinado a entrar en la historia, Enola Gay.Tibbets, que hoy está jubilado con el grado de general de brigada, era el único del equipo que sabía que sobre Hiroshima se lanzaría una bomba atómica. Eligió uno por uno los seis hombres que habrían de acompañarlo. Hoy, además de él, viven otros tres: el marino Ted Van Kirk, el ametralladorista Morris Jeppson y el operador de radio Richard Neslson. Kermit Beaham, el bombardero que el 7 de agosto de 1945 lanzó la bomba atómica sobre Nagasaki, murió en 1989. En el comedor de su casa de jubilado, en Windermere, Florida, Thomas Farebee tenía una fotografía del Enola Gay con una leyenda en oro: Aquel día a la madrugada el mundo cambió para siempre. Clarin, 18 de marzo de 2000 |
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